Varios aliados de la OTAN cierran compras de F-35 y F-16 para modernizar flotas, con entregas hasta 2030 e interoperabilidad aérea junto a Estados Unidos.
Compras coordinadas de F-35 y F-16 con apoyo estadounidense y FMS
Varios países de la OTAN con proximidad a Rusia anunciaron compras de F-35 y F-16 para ampliar capacidades aéreas. Polonia, Rumania, Finlandia, Bulgaria y Eslovaquia cerraron contratos en los últimos años, con entregas previstas hasta finales de la década de 2020. Las operaciones, valoradas en miles de millones, forman parte de programas de modernización dentro de un marco de cooperación con Estados Unidos. En la mayoría de los casos, el Departamento de Estado autorizó ventas mediante FMS que incluyen aviones, equipo de apoyo, entrenamiento y municiones.
Los gobiernos priorizaron la interoperabilidad con aliados de la OTAN y capacidades de quinta generación. Los F-35 aportan baja observabilidad, fusión de sensores y enlaces de datos para misiones combinadas de superioridad aérea, ataque a tierra y reconocimiento. Los F-16 Block 70 añaden radares AESA y suites de guerra electrónica, con estándares de la alianza. Los paquetes aprobados contemplan formación de tripulaciones, apoyo logístico y armamento asociado, con calendarios escalonados de entrega y financiación nacional complementada por asistencias estadounidenses.
En producción y soporte, Lockheed Martin informó líneas activas en Fort Worth y Cameri para el F-35, con más de 1.000 unidades entregadas hasta 2025, y en Greenville para el F-16 Block 70, con pedidos superiores a 130 aviones. Los gobiernos financiaron adquisiciones con presupuestos nacionales, asistencias de Estados Unidos y fondos de la OTAN, que asignó 700 millones de euros en 2025 a infraestructuras aéreas del flanco este para sostener despliegues y preparación operativa.

En conjunto, los pedidos suponen un aumento notable de aeronaves de origen estadounidense en la región, con más de 200 F-35 y F-16 adicionales programados para los próximos cinco años. La OTAN persigue mayor estandarización de flotas y protocolos, y fabricantes y aliados sitúan en más de 600 los F-35 previstos en Europa para 2035. Ejercicios como Steadfast Defender en 2024 integraron múltiples naciones en simulacros aéreos y confirmaron esquemas de comunicación comunes.
Contratos, montos y cronogramas destacados por país
- Polonia: 32 F-35A por $4.600 millones, entregas entre 2024 y 2030; 48 F-16C/D en servicio.
- Rumania: 32 F-16 de Noruega por 385 millones de euros y 18 de Países Bajos por $1.150 millones; 32 F-35A por $7.200 millones desde 2030.
- Finlandia: 64 F-35A por 9.400 millones de euros, entregas entre 2025 y 2030; incluye AIM-120C-8 y AGM-158.
- Bulgaria y Eslovaquia: 16 F-16 Block 70 por $1.800 millones y 14 por $1.600 millones; entregas 2025–2027 y flota inicial completada en diciembre de 2025.
- Grecia y Turquía: 20 F-35A por $3.500 millones con opción de 20 más; 40 F-16 nuevos y actualización de 79 por $23.000 millones.
Polonia, Rumania y Finlandia dan el salto a quinta generación hasta 2030
Polonia firmó en enero de 2020 la compra de 32 F-35A Lightning II por aproximadamente $4.600 millones, con entregas escalonadas entre 2024 y 2030. El país ya opera 48 F-16C/D Block 52 y asignó fondos adicionales para mantenimiento y actualizaciones. La cooperación en seguridad con Estados Unidos alcanza $20.000 millones en casos activos. Con esta configuración, Polonia ajusta su flota a estándares de interoperabilidad y obtiene enlaces avanzados de datos para misiones combinadas dentro de la OTAN.
Rumania avanzó con F-16 de segunda mano y dio un paso posterior hacia la quinta generación. En noviembre de 2022 acordó con Noruega 32 F-16AM/BM Block 20 por 385 millones de euros, y en 2025 añadió 18 unidades procedentes de los Países Bajos por $1.150 millones. Estas aeronaves sustituyen a los MiG-21 y se asignan a patrullas en el mar Negro y a defensa del espacio aéreo oriental. En septiembre de 2024, Washington autorizó 32 F-35A por $7.200 millones, con entregas desde 2030.

El paquete rumano de F-35 incluye motores, sistemas de navegación y armamento, con financiación mayoritaria de recursos nacionales y asistencias estadounidenses que suman $6.200 millones en ventas activas. Este paso introduce su primera flota de quinta generación y consolida la transición desde plataformas heredadas. La combinación de F-16 modernizados y F-35 permite cobertura escalonada, defensa antiaérea regional y participación en misiones aliadas, con protocolos de comunicación comunes y capacidad para integrar información táctica a larga distancia.
Finlandia, incorporada a la OTAN en abril de 2023, seleccionó en diciembre de 2021 el F-35A para su programa HX. El contrato abarca 64 unidades por 9.400 millones de euros, con entregas entre 2025 y 2030, en reemplazo de 62 F/A-18 Hornet. El acuerdo incluye misiles aire-aire AIM-120C-8 y aire-tierra AGM-158, además de sistemas de lanzamiento vertical MK 41. La cooperación en seguridad asciende a $13.600 millones y refuerza la defensa antiaérea a lo largo de su extensa frontera con Rusia.
Bulgaria y Eslovaquia adoptan F-16 Block 70 y refuerzan vigilancia
Bulgaria optó por el F-16 Block 70 con un primer contrato en 2019 para ocho unidades y una ampliación en 2022 con ocho más, por un total de $1.800 millones. Las entregas comienzan en 2025 y continúan hasta 2027. Las aeronaves, producidas por Lockheed Martin, incorporan radares AESA y sistemas de guerra electrónica, y reemplazan a los MiG-29 heredados. Esta sustitución establece una base compatible con la OTAN y mejora la capacidad de defensa antiaérea nacional.

Eslovaquia adquirió 14 F-16 Block 70 en 2018 por $1.600 millones, con la flota inicial completada en diciembre de 2025. El gobierno asigna estas aeronaves a misiones de policía aérea dentro del marco de la OTAN, con coordinación operativa junto a unidades polacas y rumanas en rotaciones de vigilancia. La modernización asegura cobertura del espacio aéreo y facilita operaciones combinadas, con equipos y doctrinas alineados con estándares de la alianza en el entorno regional vinculado a Ucrania.
En el flanco sureste, Grecia formalizó en julio de 2024 una carta de oferta y aceptación para 20 F-35A por $3.500 millones, con opción a 20 adicionales. Estas aeronaves complementan una flota que incluye 24 Rafale y 84 F-16 modernizados. Las entregas están previstas para 2028 e incorporan entrenamiento para pilotos en bases estadounidenses. Esta decisión potencia su postura en el Mediterráneo oriental y añade capacidades de baja observabilidad y fusión de sensores.
Turquía obtuvo en enero de 2024 la aprobación para 40 F-16 nuevos y la actualización de 79 aparatos existentes al estándar Block 70/72 por $23.000 millones. La operación quedó vinculada a la ratificación de la adhesión de Suecia a la OTAN y permite mantener una fuerza aérea con más de 200 F-16. Las aeronaves se asignan a operaciones de patrulla fronteriza y sostienen la capacidad de respuesta dentro de la arquitectura de defensa de la alianza.
Transferencias y estandarización en el norte europeo y producción global
Dinamarca y Bélgica aceleran la sustitución de F-16 por F-35 y liberan F-16 para transferencias a aliados. Dinamarca anunció en octubre de 2025 la compra de 16 F-35 adicionales, que se suman a 27 iniciales, para un total de 43 unidades valoradas en $8.000 millones, y transfirió parte de sus F-16 a Ucrania. Bélgica, con 34 F-35A desde 2018, confirmó en octubre de 2025 la entrega de los F-16 comprometidos a Ucrania e impulsó la incorporación de los nuevos cazas.

Noruega, con frontera directa con Rusia en el Ártico, opera 52 F-35A desde 2015 y completó entregas en 2025, con un contrato de $10.000 millones que incluye infraestructura en Ørland y Evenes. Desde estas bases, las aeronaves cumplen misiones de alerta rápida. El país vendió sus F-16 a Rumania. Los Países Bajos, con 52 F-35A en adquisición desde 2013, transfirieron F-16 a Rumania y a Ucrania, lo que incrementa medios desplegables en el este europeo.
Estas transferencias y compras amplían el número de aeronaves disponibles para operaciones integradas, con protocolos de comunicación comunes que facilitan coordinación entre escuadrones. La estandarización de plataformas y sistemas de misión reduce cargas logísticas y permite concentrar recursos en mantenimiento, entrenamiento y municiones. El resultado refuerza la capacidad de vigilancia, defensa antiaérea y respuesta aliada en un arco que abarca el Báltico, el mar Negro y el Mediterráneo oriental.
El marco industrial y financiero sostiene el ritmo de entregas. Las líneas de Fort Worth y Cameri superaron 1.000 F-35 hasta 2025, con predominio de la variante A, mientras Greenville concentra la producción del F-16 Block 70 para nuevos clientes. Los presupuestos nacionales, las asistencias de Estados Unidos y fondos de la OTAN apuntalan programas a largo plazo. Con estos recursos, los aliados prevén incorporar más de 200 aeronaves adicionales en los próximos cinco años.
