El J-20 chino y el F-22 estadounidense se comparan como cazas furtivos de quinta generación con enfoques distintos en superioridad aérea militar.
Origen, desarrollo y entrada en servicio de ambos cazas furtivos
El Chengdu J-20, o Dragón Poderoso, constituye el primer caza polivalente de baja observabilidad en las fuerzas chinas, mientras que el F-22 Raptor actúa como componente central de superioridad aérea de Estados Unidos. Ambos reducen la detectabilidad ante radares, sostienen velocidades supersónicas y emplean sensores integrados. Se ubican en la categoría de quinta generación, aunque China clasifica al J-20 como de cuarta generación por criterios internos de despliegue y madurez tecnológica.
Estados Unidos identificó en 1981 la necesidad de un sustituto del F-15 y abrió el programa de Avión de Caza Táctico Avanzado. En 1986 inició la fase de validación y en 1990 volaron los prototipos YF-22 e YF-23. En 1991 el equipo de Lockheed, Boeing y General Dynamics recibió el contrato. El F-22 voló el 7 de septiembre de 1997, completó evaluación operativa en 2004 y alcanzó capacidad operativa inicial en diciembre de 2005.
El J-20 realizó su primer vuelo el 11 de enero de 2011 y entró en servicio en marzo de 2017, según anuncios del ministerio de Defensa chino. Su debut público ocurrió el 1 de noviembre de 2016 en Zhuhai. En 2021 apareció una variante biplaza en redes sociales. Para 2024 el Ejército Popular de Liberación informó integración operativa, y en enero de 2025 investigaciones anticorrupción alcanzaron a responsables clave de su diseño y producción.
El F-22 mide 18,9 metros de largo, 13,6 de envergadura y 5,1 de alto. Pesa en vacío 19.700 kilogramos y despega con hasta 38.000. Sus dos Pratt & Whitney F119-PW-100 generan 156 kilonewtons cada uno con postcombustión y permiten vuelo supersónico sostenido por encima de Mach 1,5 sin postquemadores. La producción concluyó en 2012 con 195 unidades entregadas y asignación a siete bases para despliegues y un alcance de traslado superior a 2.963 kilómetros con tanques externos.
Puntos comparativos de armamento y sensores principales
- El F-22 transporta seis AIM-120 y dos AIM-9 en configuración aire-aire, además de un cañón M61A2 de 20 milímetros con 480 rondas.
- En modo de ataque terrestre, el F-22 integra dos GBU-32 de 454 kilogramos, con planes para admitir hasta ocho bombas de diámetro pequeño.
- El J-20 incorpora dos bahías laterales para misiles de corto alcance y una bahía principal para PL-15 de más de 200 kilómetros u armas de ataque superficial.
- El J-20 usa radar AESA, sensor infrarrojo y electroóptico en la barbilla y un sistema pasivo de 360 grados; el F-22 fusiona sensores para atacar antes de ser detectado.
- El F-22 posee un costo unitario de $143 millones; estimaciones del J-20 oscilan entre 30 y 120 millones, con enlaces a redes nacionales y datos de satélites y vehículos aéreos no tripulados.
Capacidades de superioridad aérea, maniobra y sigilo en combate
En superioridad aérea, el F-22 destaca por su baja observabilidad diurna, que reduce el alcance de misiles superficie-aire adversarios, y por su maniobrabilidad superior gracias a controles de vuelo avanzados y vectorización de empuje. Su techo operativo supera los 15 kilómetros. El inventario total se situó en 183 unidades en agosto de 2022. Estas características sustentan su capacidad para imponerse en entornos densos de defensa antiaérea y para sostener patrullas de reacción rápida.
El J-20 extiende el radio de combate del Ejército Popular de Liberación más allá de la primera y la segunda cadena de islas, con potencial para interceptar a largo alcance y para penetrar defensas. Entre las mejoras previstas figuran un mayor número de misiles aire-aire en configuración de baja observabilidad, toberas con vectorización de empuje y supersónica sostenida con motores WS-15. Estudios de 2015 indicaron una brecha menor, aunque el F-22 conservó ventaja por despliegue maduro.
El diseño del J-20 sigue patrones de baja observabilidad similares a los del F-22, con tomas de aire comparables a las del F-35 y configuración delta con canards que mejora el rendimiento supersónico y el aterrizaje en pistas cortas. Su peso vacío se estima entre 18.000 y 22.700 kilogramos y su combustible interno alcanza hasta 12.000 kilogramos sin tanques externos. El F-22 aloja 8.200 kilogramos y llega a 11.900 con tanques alares.
Ambas aeronaves minimizan la firma radar gracias a materiales absorbentes y a formas que dispersan ondas. El J-20 incorpora serraciones en toberas para reducir la firma trasera, en sintonía con las toberas cuadradas del F-22. En el estrecho de Taiwán o en las islas Spratly, la proximidad de bases favorece a China. Estados Unidos depende del F-22 para penetrar sistemas integrados de defensa, hoy dotados de lanzadores con alcances de hasta 200 kilómetros.
Producción, variantes, soporte y enlaces de datos operativos
La producción del F-22 se limitó a 195 unidades, con 187 operativas más aeronaves de prueba. Su equipo requiere menos personal de mantenimiento que modelos previos. El F-22 ha demostrado reabastecimiento en vuelo con KC-135 y se mantiene asignado a comandos de combate y de entrenamiento. Estas decisiones preservan disponibilidad y facilitan despliegues rápidos desde varias bases, con rotaciones globales que la Fuerza Aérea estadounidense sostiene desde su entrada en servicio.
El J-20 continúa en producción y ya se despliega en unidades de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación. Existen variantes biplaza con potencial para guerra electrónica o control de vehículos no tripulados. En 2024 el Departamento de Defensa de Estados Unidos reportó un sistema operativo en fase de mejoras. En 2025 investigaciones anticorrupción afectaron a personal clave del sector. Ambos modelos operan con un solo piloto, aunque el biplaza del J-20 amplía opciones tácticas.
El J-20 emplea bombas planeadoras y misiles guiados como el PL-10, dentro de un arsenal que incluye bombas equivalentes a las JDAM. Su radio de combate habilita operaciones a cientos de millas náuticas y altera equilibrios regionales. En empuje total, los motores del F-22 alcanzan 312 kilonewtons. Los WS-15 previstos para el J-20 buscan cifras comparables, dentro de un plan de mejoras que prioriza alcance, sostenimiento supersónico y carga aire-aire.
El J-20 mide entre 20,3 y 20,5 metros de largo, 12,88 a 13,5 de envergadura y 4,45 de alto, con peso máximo al despegue de 34.000 a 37.000 kilogramos. Inicialmente montó motores WS-10C con empuje superior a 140 kilonewtons y prepara la adopción de WS-15 para supersónica sostenida. Su alcance estimado varía de 1.200 a 2.700 kilómetros. Demostró reabastecimiento en vuelo en noviembre de 2018. Chengdu lo diseñó para superioridad aérea y ataque de precisión.