Pérdidas sostenidas, derribos con Patriot y ataques a bases muestran la vulnerabilidad del Su-34, pese a entregas rusas que mantienen cerca de 100-120 activos.
Capacidades, carga y empleo táctico del Su-34 en el frente ucraniano
El Sukhoi Su-34, bombardero biplaza desarrollado por la compañía Sukhoi, ingresó en servicio con las Fuerzas Aeroespaciales Rusas en 2014. Su diseño cubre ataques contra objetivos terrestres y marítimos con municiones guiadas y no guiadas. Dispone de un radio de combate de hasta 1.100 kilómetros sin repostaje y admite una carga bélica cercana a ocho toneladas. Antes de febrero de 2022, el inventario operativo rondó aproximadamente 120 unidades disponibles en servicio.
Tras la invasión a gran escala de febrero de 2022, la aviación táctica rusa empleó el Su-34 para lanzar bombas planeadoras FAB con módulos UMPK. Estos módulos permiten la suelta a distancias entre 40 y 70 kilómetros, lo que reduce la exposición frente a defensas de corto alcance. Las tripulaciones operan desde Morozovsk y Baltimor, con salidas diarias que apoyan operaciones en sectores como Donetsk, Járkov y Zaporiyia del frente oriental.
Desde los primeros meses de la guerra, las defensas ucranianas confirmaron derribos del modelo. El proyecto Oryx documentó visualmente al menos 29 Su-34 destruidos en combate hasta febrero de 2025, además de cuatro pérdidas por causas ajenas al enfrentamiento y otros cuatro aparatos dañados. Otras estimaciones situaron el total por encima de 40 unidades hasta julio de 2025, con divergencias habituales en fuentes abiertas. La diferencia refleja criterios de confirmación visual.

En diciembre de 2023, las fuerzas ucranianas reportaron el derribo de tres Su-34 en un solo día sobre la región de Jersón. El comandante de la Fuerza Aérea, Mykola Oleshchuk, atribuyó los impactos a misiles superficie-aire. Fuentes rusas no oficiales reconocieron las pérdidas y señalaron el uso de sistemas MIM-104 Patriot suministrados por Estados Unidos, lo que confirmó un riesgo creciente para plataformas que volaron a media y gran altitud.
Claves operativas y cifras verificadas del Su-34 en Ucrania
- Radio de combate hasta 1.100 km sin repostaje; carga bélica de ocho toneladas.
- Suelta de bombas FAB con UMPK a 40–70 km desde bases como Morozovsk y Baltimor.
- Derribos confirmados: al menos 41 aparatos destruidos o dañados de forma irreversible hasta diciembre de 2025.
- Picos de pérdidas: tres Su-34 en un día en Jersón; al menos diez en doce días en febrero de 2024.
- Inventario estimado a fines de 2025: entre 100 y 120 unidades activas.
Oleadas de derribos en 2024 y el uso de misiles Patriot ucranianos
Durante febrero de 2024, Ucrania informó una racha de derribos que incluyó al menos diez Su-34 en un período de doce días, principalmente en el frente oriental. El 17 de febrero cayeron dos Su-34 y un Su-35; el día 18, otro Su-34; y el 29, tres aparatos adicionales. Estas pérdidas coincidieron con un aumento de salidas rusas para emplear bombas planeadoras en apoyo de operaciones cerca de Avdiivka y Mariúpol.
En mayo de 2023, un sistema Patriot ucraniano abatió varios aparatos en la región de Briansk, entre ellos Su-34 y helicópteros Mi-8. Más tarde, fuentes estadounidenses confirmaron el empleo de ese sistema contra aviones rusos a distancias superiores a 100 kilómetros. Ese alcance amplió el área de riesgo para plataformas que volaron a media y gran altitud, incluso cuando intentaron mantener perfiles prudentes fuera de defensas de corto alcance en profundidad operativa.

La adopción de módulos UMPK permitió soltar munición a 40-70 kilómetros, con una reducción clara frente a defensas de corto alcance. Sin embargo, los perfiles de vuelo que exigieron apoyo cercano a las líneas, junto con la densidad de salidas, expusieron a los Su-34 cuando ingresaron en zonas con cobertura de defensa antiaérea ucraniana de mayor alcance. Ese patrón antecedió varias rachas de pérdidas documentadas durante 2024 en el este del país.
Reconocimientos de fuentes rusas no oficiales sobre impactos con Patriot, sumados a las confirmaciones ucranianas, ilustraron un entorno letal para operaciones a media y gran altitud. Ese escenario afectó misiones de apoyo con bombas planeadoras cerca de Avdiivka y Mariúpol, donde el aumento de salidas elevó la exposición acumulada. La Fuerza Aérea ucraniana destacó la eficacia de misiles superficie-aire cuando el Su-34 se acercó a zonas cubiertas por sistemas de largo alcance.
Pérdidas y reposición en 2025, ajustes tácticos y balance final del Su-34
En junio de 2025, un ataque ucraniano con drones contra la base de Marinovka, en la región de Volgogrado, alcanzó cuatro Su-34 en tierra. Más adelante, el 25 de septiembre, la Fuerza Aérea ucraniana abatió un Su-34 durante una misión de lanzamiento de bombas guiadas contra Zaporiyia alrededor de las cuatro de la madrugada. Fuentes rusas no oficiales confirmaron la muerte de la tripulación que ocupó la cabina biplaza en esa acción.
Ante las bajas, la industria rusa mantuvo entregas periódicas de nuevos aparatos. La Corporación Unida de Construcción de Aeronaves transfirió lotes de Su-34 modernizados en abril, septiembre, octubre y noviembre de 2025, con mejoras derivadas de la experiencia en combate, entre ellas contenedores de reconocimiento táctico. Gracias a esas entregas, el inventario operativo se estimó en torno a 100-120 unidades activas hacia finales de 2025, para sostener las operaciones aéreas en el teatro ucraniano.

En paralelo, los Su-34 mantuvieron un uso intensivo para el lanzamiento de miles de bombas planeadoras cada mes contra posiciones ucranianas, infraestructuras logísticas y fortificaciones. Como respuesta a las amenazas, las tripulaciones ajustaron tácticas para operar desde mayor distancia; aun así, los derribos persistieron cuando los aviones se acercaron a áreas cubiertas por sistemas de largo alcance, como Patriot o S-200, cuyo alcance permitió ataques contra objetivos a media y gran altitud.
Hasta diciembre de 2025, fuentes de inteligencia de código abierto confirmaron visualmente la destrucción o el daño irreversible de al menos 41 Su-34 desde el inicio de la guerra. Al mismo tiempo, las Fuerzas Aeroespaciales Rusas continuaron con la recepción de nuevos ejemplares con el objetivo de compensar las bajas y sostener el ritmo de salidas, lo que preservó un nivel operativo similar al de los recuentos previos a la campaña ucraniana a gran escala.
