Un tanque de las FDI lanzó disparos de advertencia contra las fuerzas del presidente sirio, Bashar Assad, cerca de la línea de alto al fuego de los Altos del Golán entre los dos países el sábado, en medio de crecientes tensiones a lo largo de las fronteras del norte de Israel.
El ejército israelí dijo que los disparos de advertencia se produjeron porque las fuerzas sirias estaban construyendo una posición fortificada en la zona desmilitarizada que corre a lo largo de la frontera, en violación del acuerdo de tregua de 1974 entre Israel y Siria. El acuerdo «prohíbe el ingreso de herramientas pesadas de construcción o vehículos militares a la zona desmilitarizada», dijo el ejército.
No hubo informes de víctimas en el lado sirio.
El ejército también dijo que había presentado una queja ante la fuerza de paz de las Naciones Unidas estacionada en el Golán, que supervisa el alto el fuego.
El incidente ocurrió cerca de la ciudad drusa de Hader en el lado sirio. La ciudad fue el sitio de un atentado suicida a principios de mes que mató a nueve drusos sirios y luego provocó enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno sirio y los rebeldes.
Ese incidente llevó a un movimiento inusual de Israel, que dijo que defendería a la población drusa de la aldea.
En una serie de tweets, el portavoz árabe del ejército, Avichay Adraee, dijo que las FDI estaban preparadas para «apoyar a los residentes de la aldea y trabajar para evitar cualquier daño o la ocupación de la aldea, por un compromiso con la población drusa«.
Después del incidente, docenas de residentes drusos de Israel protestaron en la frontera siria contra la escalada de violencia en Hader.
El anuncio de las FDI de que protegería a Hader, que se encuentra dentro de Siria, constituyó un ejemplo muy raro de una intervención pública en la guerra civil siria que se libra a través de la frontera.
La declaración refleja la presión actual sobre los líderes israelíes de las comunidades drusas en Galilea y en el Golán para ayudar a sus correligionarios a través de la frontera que a menudo quedan atrapados en el fuego cruzado entre rebeldes sunitas y fuerzas progubernamentales alauita y chiíta.
En los últimos seis años, Israel se ha aferrado a una política de no intervención en la guerra, y solo se involucra cuando se transgrede una de sus “líneas rojas”. Estas “líneas rojas” incluyen la violación de la soberanía israelí a través de ataques deliberados o accidentales, milicias apoyadas por Irán tomando posiciones en la frontera del Golán, y los intentos de transferir armas avanzadas al grupo terrorista Hezbolá.