El lunes, las Naciones Unidas (ONU) celebraron una sesión especial en Nueva York para conmemorar el 25º aniversario del bombardeo del Centro Comunitario Judío de la AMIA en Buenos Aires.
El 18 de julio de 1994, 85 personas murieron y más de 300 resultaron heridas cuando un terrorista suicida entró en el edificio de la AMIA en un coche lleno de explosivos. Se cree que Irán está detrás del ataque, mientras que el terrorista suicida era miembro de su organización proxy, Hezbolá.
El presidente de la AMIA, Ariel Eichbaum, dijo que el ataque de 1994, el ataque terrorista más mortífero en suelo argentino en ese momento, dejó “muchas destrucciones y muertes que no se pueden curar”.
“Una investigación judicial sobre el hecho de que los organizadores del atentado procedían de la República Islámica de Irán, que todavía se niega a entregar a un juez argentino a los sospechosos que leyeron las notificaciones de interpolación”, dijo Eichbaum.
“Desafortunadamente, las imágenes de ese día se repiten una y otra vez, cada vez con más frecuencia en diferentes ciudades y países de todo el mundo”, dijo. “Las víctimas del terrorismo fundamentalista son cientos, independientemente de su raza, religión o nacionalidad”.
Dejó claro que “el respeto a la diversidad está en peligro para quienes tienen ideas totalitarias”, y añadió que los que financian el terrorismo y esos ideales deben rendir cuentas.
Eichbaum añadió que la AMIA “es un emblema de solidaridad” que traduce “los valores universales del judaísmo en acción”.
“El terrorismo ha tratado de destruirlo, pero hoy seguimos siendo fuertes”, dijo.
Nacida y criada en Argentina, Evelyn Sommer, presidenta del Congreso Judío de Estados Unidos, que representó al Congreso Judío Mundial en las celebraciones de la ONU, dijo que el bombardeo de la AMIA destruyó el “refugio tradicional” y la “hospitalidad” que Argentina había dado a los “judíos perseguidos del siglo XX, a los que huyeron de los pogromos y las masacres de Chisinau y luego la catástrofe que fue el Holocausto en Europa”.
“A lo largo de los años, la comunidad judía argentina ha prosperado”, explicó. “Creó una extraordinaria red de instituciones sociales, culturales y educativas, pero la hospitalidad, cobijo y refugio tradicional que nos brindó Argentina fue destruida hace 25 años por la destrucción del edificio de la AMIA”.
“No podemos olvidar que dos años antes, la embajada israelí en Buenos Aires también había sido bombardeada”, en la que murieron 29 personas y cientos resultaron heridas.
“Estoy aquí hoy”, suplicó, “solicitando al gobierno argentino que continúe buscando justicia, pidiendo a Irán y a su representante Hezbolá que rinda cuentas por sus terribles hechos”.
Durante su discurso, el Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie, citó al famoso sobreviviente del Holocausto, Elie Wiesel, dijo que “olvidar a los muertos sería como matarlos de nuevo, por segunda vez, porque al final se trata de la memoria, sus fuentes dolorosas, su magnitud y, por supuesto, las circunstancias actuales”.