En un paso aparentemente destinado a presionar a los gobiernos para que abran embajadas u otras misiones diplomáticas en Jerusalén, Israel ha dicho a otras naciones que ya no permitirá la operación de consulados honorarios en la capital.
Según las noticias del Canal 13, que fue el primero en informar sobre la medida el jueves, sigue los intentos de la República Checa y Australia de abrir consulados honorarios en Jerusalén en lugar de una acción de abrir una embajada.
Praga y Canberra vieron las ofertas como gestos hacia Israel, en ambos casos después de que los países indicaron que reconocían al Oeste de Jerusalén como la capital de Israel, pero Israel rechazó ambas propuestas.
La República Checa terminó abriendo un centro cultural en la capital, los australianos una oficina de comercio. Ambos son considerados un nivel más alto de presencia diplomática que un cónsul honorario.
En noviembre, después de esos incidentes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel envió una carta formal a todos los gobiernos con los que Israel mantiene relaciones diplomáticas, notificándoles que ya no se permitirían consulados honorarios en la capital.
De acuerdo con una cita en hebreo de la nota del Canal 13, decía: “Ya no se aprobará el establecimiento de consulados honorarios en Jerusalén. Las solicitudes de renovación de nuevos términos para cónsules honorarios en Jerusalén no serán aprobadas. Estas restricciones se levantarán solo para un Estado que tenga una embajada en Jerusalén”.
Casi todos los países mantienen embajadas en Israel en Tel Aviv, y el traslado de Estados Unidos de su embajada a Jerusalén en mayo provocó una oposición visceral de los árabes autodenominados palestinos.
Los palestinos reclaman, desde 1967, al Este de Jerusalén como la capital de su futuro Estado, y la mayoría de los países del mundo insisten en que el estatus de Jerusalén solo puede resolverse mediante negociaciones y como parte de un proceso de paz israelí-palestino.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien también es ministro de Relaciones Exteriores, ha hecho un gran esfuerzo para que otros países sigan a los Estados Unidos en el traslado de sus embajadas a Jerusalén, con un éxito moderado. El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo el mes pasado que su gobierno solo reconocería a la mitad occidental de la ciudad como la capital de Israel y dejaría su embajada en Tel Aviv.
El presidente de Moldavia dijo recientemente que su país “consideraría muy seriamente” trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, según los interlocutores judíos que se reunieron con él.
Algunos países, incluidos Brasil, la República Checa, Guatemala y Honduras, han dado pasos similares o han dicho que los estaban considerando.
En algunos casos, los países que han expresado interés en cambiar sus embajadas han recibido denuncias de los líderes árabes y musulmanes y amenazas de degradar los lazos o dañar las relaciones comerciales.