Más de 1.000 estudiantes israelíes escribieron una carta al Harvard Crimson, el periódico de la Universidad de Harvard, en la que piden al consejo de redacción que traslade su oficina fuera de las tierras “ocupadas” de las tribus indígenas, en una medida que pone de manifiesto la hipocresía del Crimson al apoyar el movimiento BDS en un editorial de abril.
Estudiantes por la Justicia en América afirmó que las oficinas del Harvard Crimson están situadas en tierras arrebatadas por la fuerza al pueblo de Massachusetts, que es la nación indígena de estos territorios. “La tierra en la que opera el Harvard Crimson… es un territorio que pertenece al pueblo (indígena) de Massachusett. Esta tierra, al igual que muchos otros territorios de las regiones de Boston y Cambridge, fue arrebatada a estas tribus nativas durante su primera conquista por los colonialistas franceses y británicos y luego por los militares estadounidenses”.
Irónicamente, el 29 de abril de este año pasado su Consejo Editorial publicó un ensayo en apoyo del movimiento BDS y su ‘enfoque contundente’, afirmando que ‘como consejo, estamos orgullosos de prestar finalmente nuestro apoyo tanto a la liberación de Palestina como al BDS, y pedimos a todos que hagan lo mismo’, continúa la carta.
El editorial del Harvard Crimson sobre el BDS
“Estamos orgullosos de prestar finalmente nuestro apoyo tanto a la liberación palestina como al BDS, y pedimos a todo el mundo que haga lo mismo”, escribió el consejo editorial del Crimson en su denostado editorial de abril. Fue un cambio notable respecto a la historia del periódico de oponerse al BDS, que la junta citó en su editorial.
El editorial fue más allá que la mayoría en su condena a Israel. Mientras que los anteriores editores de Crimson habían calificado de “ofensivas” y “repugnantes” las comparaciones entre Israel y la Sudáfrica de la época del apartheid, el editorial publicado el viernes compara favorablemente las tácticas del BDS con el movimiento antiapartheid, a la vez que añade que “Israel sigue siendo el punto ciego favorito de la primera enmienda de Estados Unidos” porque las personas y empresas que critican a Israel se enfrentan regularmente a críticas y consecuencias.
La SJA no es la primera en expresar su descontento con el editorial. En mayo, 70 profesores de la Universidad de Harvard -entre ellos Alan Dershowitz- emitieron una declaración en la que expresaban su “consternación” por el editorial.
“En consecuencia, nosotros, los Estudiantes por la Justicia en América, exigimos rotundamente que el Harvard Crimson, su despierto consejo editorial y su personal desalojen inmediatamente la propiedad que ocupa en Harvard, en el número 14 de la calle Plympton, en Cambridge, y la devuelvan al pueblo de Massachusetts. La justicia, la moralidad y el boicot no son sólo eslóganes y armas antisemitas para que el consejo editorial del Crimson apunte a la comunidad judía de Israel. La justicia y la moralidad deben empezar en casa”, concluye la carta de la SJA.