La enviada especial de Estados Unidos para combatir el antisemitismo, Deborah Lipstadt, calificó el antisemitismo como una “amenaza para la democracia”.
El antisemitismo como amenaza para la democracia y la seguridad internacional
La enviada especial de Estados Unidos para combatir el antisemitismo, Deborah Lipstadt, calificó el antisemitismo como una “amenaza para la democracia” debido al aumento de incidentes de odio hacia los judíos en Estados Unidos y en otras partes del mundo desde el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre y la posterior guerra en Gaza. Lipstadt destacó que quienes creen en la teoría de la conspiración de que los judíos controlan los medios, los bancos y el gobierno han renunciado a la democracia.
Durante un evento virtual organizado por su oficina, Lipstadt señaló que el antisemitismo también representa una amenaza para la seguridad internacional, ya que actores malignos lo utilizan para sembrar la desunión, especialmente en las sociedades democráticas.
A pesar del aumento del antisemitismo desde el 7 de octubre, Lipstadt rechazó las comparaciones entre la situación actual de la diáspora judía y la de los judíos europeos en 1938, aunque admitió que existen similitudes con la inestabilidad de los años 1920 y 1930.
Redes sociales y la propagación del antisemitismo

Una diferencia clave entre el antisemitismo de hoy y el de épocas pasadas, según Lipstadt, es la existencia de las redes sociales, que facilitan la rápida difusión del odio. Sin embargo, también destacó que actualmente hay gobiernos, incluyendo el de Estados Unidos, que han designado a funcionarios de alto rango para combatir el antisemitismo.
Lipstadt, reconocida historiadora del Holocausto, expresó su sorpresa por la rapidez con la que muchas personas comenzaron a negar las atrocidades cometidas por los terroristas liderados por Hamás el 7 de octubre. Ella se mostró especialmente preocupada por el silencio de grupos que normalmente se pronuncian contra la violencia sexual y las violaciones de derechos humanos.
La celebración y la negación de la violencia sexual perpetrada fue una de las cuestiones más alarmantes para Lipstadt, quien lamentó que algunas personas cuestionen estos crímenes debido a la percepción de que las víctimas eran judías. Afirmó que esta indiferencia está profundamente arraigada en el antisemitismo.
La instrumentalización del antisemitismo con fines políticos
Durante el evento, Lipstadt también criticó a aquellos que utilizan el antisemitismo como arma política, señalando que muchos condenan el antisemitismo en el lado opuesto del espectro político, pero fallan en reconocerlo en su propio entorno. Destacó que el verdadero impacto se logra cuando se denuncia el antisemitismo dentro de los propios aliados políticos.
Aaron Keyak, su adjunto, subrayó que el uso del antisemitismo para ganar puntos políticos debilita la lucha general contra este odio, poniendo en mayor riesgo a los judíos en todo el mundo.