Un informe oficial del gobierno canadiense reveló que el antisemitismo en las escuelas de Ontario es más grave de lo que se había documentado anteriormente. Desde el 7 de octubre de 2023 hasta abril de 2025, se reportaron al menos 781 incidentes antisemitas en instituciones educativas de nivel K-12. El estudio fue encargado por la Oficina del Enviado Especial para la Preservación del Recuerdo del Holocausto y la Lucha contra el Antisemitismo, a cargo de Deborah Lyons.
El documento señaló que cerca del 50 % de los casos informados no fueron objeto de ninguna investigación por parte de las autoridades escolares. Además, aproximadamente uno de cada seis incidentes involucró la participación directa de un maestro o fue resultado de una actividad aprobada por la propia escuela. La información se obtuvo mediante una encuesta a 599 padres judíos, difundida por medio de organizaciones comunitarias.
Hasta la publicación del informe, el conocimiento disponible sobre el antisemitismo en las escuelas ontarianas se basaba principalmente en reportes anecdóticos o denuncias que no habían recibido seguimiento. La encuesta definió los incidentes como aquellos que padres e hijos identificaron como expresiones antisemitas, sin imponer una clasificación técnica adicional.
El informe concluyó que “las consecuencias del antisemitismo generalizado para los estudiantes judíos y sus padres son nefastas”. También afirmó que “no todas las juntas escolares se ven afectadas de manera similar por la propagación del antisemitismo”, aunque “se está haciendo poco para resolver la crisis”. La provincia de Ontario alberga a cerca de 200.000 judíos, de los cuales unos 30.000 son niños en edad escolar.
Uno de cada ocho encuestados declaró haber tomado la decisión de cambiar a sus hijos de escuela como respuesta a los incidentes, y en algunos casos esto implicó una mudanza de domicilio. Un 60 % de los hechos reportados incluyó expresiones de hostilidad hacia Israel, y el 16 % estuvo relacionado con actividades dirigidas por docentes o autorizadas por la escuela, que generaron sentimientos de exclusión entre los estudiantes judíos.
El informe documentó que en el 14 % de los casos los estudiantes judíos fueron responsabilizados personalmente por hechos asociados a la guerra entre Israel y Hamás. En uno de los incidentes, un alumno fue llamado “terrorista, violador y asesino de bebés” por parte de un compañero, en septiembre de 2024. También se registraron situaciones en las que docentes invitaron a oradores con discursos radicales propalestinos o participaron en eventos institucionales utilizando símbolos ideológicos.
Aunque los sistemas escolares canadienses han adoptado la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, el informe señaló que la aplicación de estos criterios por parte de las juntas escolares es irregular. En muchos casos, las instituciones no clasificaron como antisemitas expresiones o acciones que sí encajan en la definición aceptada.
Más del 40 % de los testimonios recogidos se relacionaron con la negación del Holocausto, acusaciones sobre poder o riqueza excesiva de los judíos, y otras formas clásicas de discurso antisemita. El informe subrayó que estas formas de hostilidad habían disminuido visiblemente desde la década de 1960, pero ahora resurgen con frecuencia creciente.
Entre los casos documentados se incluye el de una niña de 13 años a quien un grupo de cinco alumnos rodeó mientras gritaban “¡Sieg Heil!” y hacían el saludo nazi. En otro episodio, ocurrido en octubre de 2024, una maestra en Ottawa dijo a una niña judía de seis años que solo era “medio humana” debido a su origen étnico. Estos incidentes fueron recogidos con detalle en el documento.
El informe determinó que el 6 % de los incidentes implicó agresiones físicas, el 15 % involucró vandalismo como grafitis o destrucción de propiedad, el 35 % consistió en acoso verbal —incluidas amenazas e incitación a la violencia— y otro 10 % comprendió gestos de carácter agresivo o intimidatorio. En los casos reportados, el 49 % no recibió seguimiento investigativo, el 8 % fue desestimado por la escuela y en el 27 % se adoptaron medidas correctivas.
Organizaciones judías afirmaron que los hallazgos del informe evidencian una respuesta insuficiente por parte del sistema educativo. Michael Levitt, presidente del Centro Friends of Simon Wiesenthal, señaló: “Estas últimas revelaciones son una acusación mordaz de lo que hemos estado escuchando anecdóticamente desde hace algún tiempo”. También afirmó que, aunque existen esfuerzos por capacitar al personal en materia de antisemitismo, “nuestro sistema educativo debe hacer más para erradicar el antisemitismo y responsabilizar a los perpetradores”.
Por su parte, el Centro para Israel y Asuntos Judíos indicó que “el statu quo para los estudiantes judíos de Ontario es insostenible e inaceptable”. Josh Landau, director de relaciones gubernamentales del CIJA, instó al gobierno provincial a acelerar la implementación del plan de estudios obligatorio sobre el Holocausto y promover reformas estructurales que aseguren espacios escolares seguros e inclusivos para todos los estudiantes, sin excepción.