Los fans de las icónicas películas de James Bond han lanzado una amenaza de boicot contra la próxima entrega de la saga si Aaron Taylor-Johnson, un actor de origen judío, es finalmente elegido para interpretar al famoso espía. Esta polémica se produce en medio de una oleada de comentarios antisemitas que han encontrado eco en las redes sociales, especialmente en X, la plataforma antes conocida como Twitter.
La reacción se ha aglutinado en torno al hashtag #BoycottJamesBond, que ha cobrado fuerza después de que se informara de que Taylor-Johnson, de 33 años, podría estar muy cerca de firmar el contrato que le convertiría en el nuevo James Bond. Los detractores han expresado su descontento, relacionando el posible casting del actor con la situación política en Gaza.
Los comentarios incluyen declaraciones como “Muy mal momento con Israel cometiendo genocidio en Gaza. Qué vergüenza. Espero que su empresa se hunda”; otros piden un “Boicot a Bond, Palestina libre”; y algunos van más allá y declaran: “No compraré una entrada para ninguna de sus películas. Lo boicotearé todo”.
Un crítico especialmente agudo sugiere que la selección de Taylor-Johnson pretende “limpiar la imagen del Mossad”, reflejando una conspiración antisemita sin fundamento. El propio Taylor-Johnson ha hablado abiertamente de su herencia judía, que ha sido tergiversada por algunos críticos como parte de su argumento contra su casting.
A pesar de las intensas llamadas al boicot y la polémica en las interwebs, todavía no hay confirmación oficial de que Aaron Taylor-Johnson haya aceptado el papel de James Bond. Informes de The Sun indicaron inicialmente que al actor británico se le había “ofrecido formalmente la oportunidad de interpretar a James Bond”, aunque un desmentido posterior de una fuente de la producción, citada por la BBC, señala que “no hay nada de cierto en los rumores…”.