JTA – Dos ciudades austriacas están retirando estatuas creadas por un prominente artista después de que éste compartiera una imagen de la bandera israelí con la estrella de David hecha con jeringuillas, la última de una serie de protestas contra las normas pandémicas que presentan tropos antisemitas.
Manfred Kielnhofer es un escultor cuya serie “Guardián del tiempo” presenta figuras masculinas de aspecto sacerdotal envueltas en lino.
Una de esas figuras estaba incluida en la imagen que Kielnhofer publicó en Facebook, que estaba rodeada de palabras que incluían “judío”.
La publicación se produce en un momento en el que Austria está a punto de convertirse en el primer país que obliga a la vacunación contra el COVID-19 a todos los adultos, una medida que está suscitando las protestas de los críticos con las normas del país sobre la pandemia.
Kielnhofer declaró a BezirksRundSchau, un periódico local, que “se pasó de la raya” con la imagen, pero no obstante la defendió como parte de su proclividad a crear “cosas críticas”.
Dijo que el texto había sido añadido por otra persona que había pirateado su ordenador, pero que la crítica a los judíos era intencionada.
Los fabricantes de vacunas “suelen ser judíos. Lo he leído en alguna parte. Mira quiénes son los jefes de la industria farmacéutica”, dijo Kielnhofer al periódico. (El director general de Pfizer, que produce una vacuna muy utilizada, es judío).
En respuesta a la publicación, la ciudad de Steyr está guardando una escultura de la serie “El guardián del tiempo”. Y el alcalde de Linz, Klaus Luger, dijo que su gobierno municipal está poniendo fin a un acuerdo para exhibir una estatua del “Guardián del Tiempo” en una calle céntrica, informó Der Standard.
“Estoy sin palabras y conmocionado por el insidioso mal gusto de esta teoría de la conspiración”, dijo a la agencia de noticias APA Alfred Weidinger, director del departamento de cultura del estado de Alta Austria, del que Linz es la capital.
“La mentalidad del creador de esta ilustración representa una amenaza para todos los valores democráticos, humanos y solidarios de nuestro país”, dijo Weidinger. “Incluso la libertad artística tiene sus límites”.