La Universidad de Brown transferirá $50 millones a organizaciones de desarrollo laboral en Rhode Island como parte de un acuerdo con la administración Trump. El pacto restituye fondos federales de investigación previamente suspendidos y clausura tres investigaciones abiertas por presunta discriminación, según informaron las autoridades involucradas en el proceso.
Como parte del acuerdo, Brown adoptará definiciones oficiales del gobierno federal sobre las categorías “hombre” y “mujer”, y excluirá el criterio racial en sus procesos de admisión. Estas condiciones se alinean con políticas impulsadas por el presidente Donald Trump durante su mandato.
La presidenta de la universidad, Christina H. Paxson, afirmó que el convenio no afecta la autonomía académica de la institución. Según declaró, el documento firmado incluye una disposición que impide al gobierno interferir en los programas curriculares o en los contenidos del discurso académico impartido por Brown.
Paxson expresó en un comunicado dirigido a la comunidad universitaria: “La principal prioridad de la universidad a lo largo de las discusiones con el gobierno fue permanecer fiel a nuestra misión académica, nuestros valores fundamentales y quiénes somos como comunidad en Brown”.
Este acuerdo se suma a otros compromisos similares alcanzados entre la administración Trump y universidades de la Ivy League. El gobierno utilizó su facultad para retener o reasignar fondos como mecanismo para promover cambios en instituciones que acusó de liberalismo excesivo y antisemitismo.
El convenio con Brown presenta paralelismos con el firmado por la Universidad de Columbia la semana anterior, al que el gobierno definió como modelo de referencia para otras entidades académicas. A diferencia de aquel caso, el acuerdo de Brown no contempla la supervisión de un ente externo.
Durante los próximos tres años, Brown recuperará múltiples contratos y subvenciones federales que habían sido interrumpidos. El gobierno también se comprometió a reembolsar a la universidad los $50 millones correspondientes a gastos cubiertos con fondos de subvenciones no desembolsadas.
Las tres investigaciones concluidas no hallaron infracciones, pero Brown reconoció el impacto financiero de las medidas impuestas por el gobierno. En una misiva interna, Paxson mencionó que la universidad enfrentó presiones presupuestarias, junto con un aumento en las exigencias de intervención gubernamental en los asuntos académicos.
Como parte de las medidas acordadas, Brown se comprometió a tomar acciones para responder a denuncias de antisemitismo en su campus de Providence. Entre ellas, se contempla reactivar colaboraciones con académicos israelíes y promover el ingreso de estudiantes judíos provenientes de escuelas diurnas. Además, antes de finalizar el año, se deberá contratar una entidad externa, seleccionada en conjunto con el gobierno, que aplicará una encuesta sobre la percepción del entorno universitario entre los estudiantes judíos.