El jueves, la policía arrestó a un sospechoso por agredir a judíos en el metro de Nueva York a inicios de la semana. El incidente, captado en vídeo, se conoció tras circular las imágenes y motivó una investigación oficial por la agresión ocurrida en Brooklyn.
La Policía de Nueva York identificó al detenido como Xeryus Mack, residente de Brooklyn. Según el reporte policial, enfrenta cargos por intento de agresión, amenazas e intento de acoso. En el comunicado difundido por la agencia no se mencionaron otras imputaciones vinculadas a este caso.
Mack, de 28 años, cayó bajo custodia la tarde del jueves en el noroeste de Brooklyn. Los agentes lo ubicaron tras revisar la evidencia disponible y avanzar en la identificación del presunto agresor. La policía no precisó el lugar exacto del hallazgo ni el operativo aplicado.
El registro visual de la noche del lunes muestra a dos hombres que se acercan a varios jasídicos, los insultan y elevan el tono. En un momento, uno sujeta a un judío por el cuello y el grupo recibe amenazas de muerte dentro del vagón.
La agresión ocurrió el lunes alrededor de las 20:40 en un tren 3 que avanzaba hacia el sur, cerca de la estación Nostrand Avenue, en Brooklyn. La policía indicó que no hubo heridos. Tras el hecho, los investigadores recopilaron testimonios y revisaron el material grabado.
De acuerdo con registros judiciales, Xeryus Mack acumuló otras tres detenciones en el último año, según documentos del tribunal. Esos expedientes incluyen acusaciones por intención de dañar propiedad, allanamiento, hurto, resistencia al arresto, agresión y acoso. La documentación no detalla el estado actual de cada causa.
COL Live, medio con sede en Crown Heights, informó que los objetivos eran integrantes de Chabad. El portal sostuvo que el grupo regresaba a Brooklyn después de actividades de acercamiento judío en Union Square, en Manhattan. Crown Heights es un punto central del movimiento jasídico Jabad.
Jabad tiene centros en ciudades de todo el mundo. También organizó el evento de Janucá que fue el objetivo del tiroteo terrorista masivo de la semana pasada en Sídney, Australia. En Nueva York, Eric Adams afirmó que el caso del metro se investigaba como crimen de odio.
Pese a esa evaluación, los cargos no incorporan delito de odio. El director de la MTA calificó lo ocurrido de “aparente ataque por parcialidad” y añadió: “Este tipo de comportamiento odioso no tiene cabida en el metro ni en ningún sitio, y es profundamente ofensivo para los neoyorquinos”.
En un caso aparte, el NYPD informó el miércoles sobre un presunto apuñalamiento antisemita en Crown Heights, también filmado. La policía afirmó que lo investiga como delito de odio y que el agresor “hizo declaraciones antijudías y luego procedió a apuñalar a la víctima en el pecho con un cuchillo”.
En la ciudad de Nueva York, los judíos sufren crímenes de odio con mucha más frecuencia que cualquier otro grupo. Este año, la policía recibió al menos 287 denuncias de incidentes antisemitas, dentro de un total de 516 crímenes de odio, según un recuento de datos del NYPD.
Ese recuento indica que los incidentes antisemitas representan el 56% de los crímenes de odio registrados, mientras los judíos constituyen cerca del 12% de la población de la ciudad. Las cifras son preliminares y pueden cambiar si un caso aparentemente discriminatorio termina con otro móvil.
Aunque las denuncias son numerosas, las condenas por delitos de odio resultan poco comunes. Los fiscales deben acreditar que el sesgo actuó como factor motivador, un estándar legal alto. Esa exigencia limita el número de casos que llegan a sentencia ante los tribunales, incluso con incidentes reportados.
