La presidenta de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, expresó su pesar por el impacto de su testimonio durante la audiencia en el Congreso del martes, donde varios líderes universitarios discutieron la no prohibición explícita de los llamamientos al genocidio de los judíos en los códigos de conducta de sus instituciones.
En una entrevista con The Crimson, Gay manifestó: “Lamento profundamente haber causado dolor con mis palabras durante esa audiencia. Las palabras tienen un peso significativo, y cuando aumentan la angustia y el sufrimiento, no puedo, sino sentir arrepentimiento”.
Gay reconoció que se vio envuelta en un intenso intercambio de opiniones sobre políticas y procedimientos durante el interrogatorio, junto con los presidentes de la Universidad de Pensilvania y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, debido a la gestión del antisemitismo en sus respectivos campus.
En retrospectiva, señaló que debería haber enfocado su atención en la firme posición de la universidad contra la violencia dirigida hacia la comunidad judía y en la pronta respuesta ante amenazas a los estudiantes judíos, reafirmando que en Harvard, no hay lugar para tales actos.
Mientras tanto, la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, enfrenta una creciente presión para que dimita después de la audiencia. Un importante donante, Ross Stevens, CEO de la firma financiera Stone Ridge Asset Management, anunció su intención de retirar aproximadamente 100 millones de dólares de una donación realizada en 2019.
En una carta de sus abogados dirigida a la universidad, Stevens expresó su horror ante la postura de la institución sobre el antisemitismo en el campus, criticando su enfoque permisivo hacia el discurso de odio que llama a la violencia contra los judíos y su actitud indulgente ante el acoso y la discriminación hacia los estudiantes judíos.
La carta sugiere que Stevens podría reconsiderar su decisión después de una reunión que aborde sus inquietudes y que tenga lugar “si, y cuando, haya un nuevo presidente de la Universidad en su lugar”.
Esta presión sobre Magill también se ha visto reflejada en la solicitud del gobernador de Pensilvania, el demócrata judío Josh Shapiro, de que la junta de la universidad se reúna para tomar una “determinación” sobre su liderazgo después de la polémica audiencia, que también ha generado críticas desde la Casa Blanca.