La Academia de las Artes de Estonia (EKA) ha anunciado que evaluará nuevamente la decisión de romper relaciones con una universidad israelí. Su rector, Mart Kalm, indicó que los cuestionamientos al respecto se han basado en una “cuestión técnica” malinterpretada como ideológica.
“Ofrezco disculpas por mis palabras imprecisas, que han causado confusión y generado malentendidos”, expresó Kalm en un programa de noticias local.
La controversia comenzó tras la cancelación de un taller de antropología del diseño, planeado para febrero, con el profesor Jonathan Ventura, del Shenkar College de Tel Aviv. EKA también afirmó haber cesado colaboraciones con instituciones israelíes y palestinas debido a las tensiones generadas por la guerra entre Israel y Hamás en Gaza. La institución declaró que busca garantizar un entorno seguro para estudiantes y personal, sin importar religión, generación o cosmovisión.
La primera ministra de Estonia, Kristen Michal, condenó la medida en una rueda de prensa, exhortando a la universidad a reconsiderarla. A su postura se sumó el ministro de Asuntos Exteriores, Margus Tsahkna, quien destacó las estrechas relaciones entre Estonia e Israel y calificó la decisión como un error.
El consejo universitario de EKA intervino tras una reunión y recomendó a Kalm analizar nuevamente la situación. Según Maria Mägi-Rohtmets, presidenta del consejo, el rector deberá considerar cuidadosamente los argumentos a favor y en contra.
Kalm argumentó que la decisión de EKA refleja tendencias similares en muchas universidades de arte europeas, que han cortado lazos con instituciones israelíes debido a protestas por las acciones de Israel en Gaza. También señaló que escuelas israelíes han comprendido las razones de esta postura.
Por su parte, Ventura expresó su deseo de evitar tensiones, recordando experiencias previas en universidades suizas. Mientras tanto, representantes de la comunidad judía en Estonia criticaron severamente la decisión, calificándola de inaceptable.
Alla Jakobson, líder del organismo judío local, acusó a EKA de fomentar antisemitismo y señaló que la medida contradice los principios de libertad académica y diálogo cultural, además de los compromisos asumidos por Estonia al adoptar la definición de antisemitismo de la IHRA en 2007.