El viernes, el Papa Francisco calificó el antisemitismo como parte de una ola de «odio depravado» que arrasó algunos países e instó a todos a estar atentos contra ella.
En comentarios a miembros del Comité Judío Americano durante una visita al Vaticano, también reiteró que era pecado que los cristianos tuvieran sentimientos antisemitas porque compartían una herencia con los judíos.
«Una fuente de gran preocupación para mí es la propagación, en muchos lugares, de un clima de maldad y furia, en el que se está arraigando un odio excesivo y depravado», dijo Francisco. «Pienso especialmente en el brote de ataques antisemitas en varios países».
Francisco no mencionó ninguno de esos países, pero las estadísticas del gobierno publicadas el mes pasado mostraron que más de 500 ataques antisemitas ocurrieron el año pasado en Francia, que tiene la mayor comunidad judía de Europa. Eso fue un aumento del 74 por ciento a partir de 2017.
«Subrayo que para un cristiano cualquier forma de antisemitismo es un rechazo de los propios orígenes, una completa contradicción«, dijo Francisco.
Un estudio de la Unión Europea el mes pasado mostró que más de uno de cada tres judíos europeos ha considerado emigrar en los últimos cinco años porque ya no se sienten seguros.
Los episodios de antisemitismo han coincidido con el auge de los partidos populistas o nacionalistas en países predominantemente cristianos como Italia, Alemania, Polonia y Hungría.
En Gran Bretaña, nueve legisladores abandonaron el Partido Laborista el mes pasado, citando el manejo del antisemitismo en el partido por parte de los líderes como una razón para retirarse.
En diciembre, 20 adoquines que conmemoran a miembros de dos familias judías italianas que fueron deportados a Auschwitz o asesinados en Roma fueron desenterrados y robados en lo que la comunidad judía dijo que era un ataque antisemita.
El lunes, el Papa Francisco anunció que había decidido abrir completamente los archivos secretos del Vaticano sobre el Papa Pío XII, algo que los judíos han estado buscando durante décadas.
Algunos judíos han acusado a Pío, quien reinó desde 1939 hasta 1958, de hacer la vista gorda al Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial al no hablar enérgicamente. El Vaticano dijo que Pío trabajó tranquilamente entre bambalinas para salvar a los judíos y evitar empeorar la situación para muchos.