Gabriel Boric, un legislador de izquierdas de 35 años que ha criticado duramente a Israel y a los judíos chilenos que lo apoyan, fue elegido presidente de Chile en una aplastante victoria este fin de semana.
Boric, que saltó a la fama como líder estudiantil, ganó con el 56% de los votos, 12 puntos por encima de su rival conservador, José Antonio Kast, un político de derechas pro-israelí.
La elección dejó a muchos judíos chilenos incómodos porque tenían que elegir entre Boric, que ha animado a los judíos chilenos a presionar para obtener concesiones territoriales israelíes, y Kast, un político de derechas pro-Israel cuyo padre probablemente fue nazi y que ha defendido el legado de Augusto Pinochet, el jefe de la dictadura militar chilena que mató a miles de disidentes en la década de 1970.
La mayoría de los judíos parecían estar del lado de Kast, y dijeron a la Agencia Telegráfica Judía el mes pasado que su comunidad estaba experimentando “un sentimiento de asedio”. De los 111 chilenos residentes en Israel que votaron desde el extranjero, 73 votaron por Kast, frente a sólo 33 por Boric, según la base de datos de las elecciones nacionales de Chile.
En su discurso de victoria, Boric prometió “luchar con firmeza contra los privilegios de unos pocos” en su afán por impulsar su visión del futuro de Chile.
“Garantizo que seré un presidente que cuide la democracia y no la arriesgue, que escuche más que hable, que busque la unidad y que atienda diariamente las necesidades de la gente”, dijo.
La Comunidad Judía de Chile, una organización sin fines de lucro que representa los intereses de la comunidad, felicitó a Boric en una breve declaración, deseándole a él y a su gobierno “mucho éxito” y elogiando la transparencia de las elecciones en el país. Concluyó: “Seguiremos trabajando por un Chile democrático y diverso, donde las minorías sean respetadas”.
La agrupación oficial que representa a los cerca de 18.000 judíos de Chile tiene una relación complicada con Boric. En 2019, le envió un regalo de Rosh Hashaná junto con una nota en la que expresaba el deseo de una “sociedad más inclusiva, respetuosa y solidaria”.
“Aprecio el gesto, pero podrían empezar por pedir a Israel que devuelva el territorio palestino ilegalmente ocupado”, escribió Boric tras publicar una foto del regalo en Twitter.
Las críticas de Boric a Israel vienen de lejos. Como legislador, apoyó un proyecto de ley que proponía boicotear los productos israelíes procedentes del Golán, Judea y Samaria y las zonas de Jerusalén que quedaron bajo control israelí en 1967.
Y durante la campaña, muchos miembros de la comunidad expresaron su preocupación por ese comentario y por lo que decían era un patrón de exigencia de que los judíos locales condenaran la política israelí.
“No creemos que sea justo ni correcto que usted responsabilice a los judíos […] de las políticas de un gobierno en el poder en Israel”, rezaba una carta abierta enviada en julio a Boric por 500 mujeres judías chilenas. “La historia está llena de ejemplos de acusaciones injustas o culpas masivas a nuestro pueblo”.
Algunos judíos chilenos temen que Boric pretenda promocionar en su partidario a Daniel Jadue, un importante comunista de ascendencia palestina que no ha querido explicar por qué en el anuario de su instituto aparece como “un antisemita” que “limpiará la ciudad de judíos”. “Ha llamado a la Comunidad Judía de Chile la” Comunidad Sionista de Chile, “y los judíos chilenos le han llamado antisemita. Jadue ha negado la acusación, argumentando que él mismo es un “semita porque es árabe”.
Contactado por la Comunidad Judía de Chile para un comentario sobre Jadue, Boric respondió que respondería cuando los líderes de la comunidad “se opongan a la política israelí en el conflicto israelí-palestino”, según la carta, firmada por algunas de las mujeres judías más prominentes de Chile.
Juan Melamed colaboró con el reportaje.