Al Gore lanzó una dura crítica contra la administración de Donald Trump, comparando sus acciones con las del régimen nazi. Ante aproximadamente 150 activistas climáticos y legisladores reunidos en San Francisco, el exvicepresidente acusó al gobierno de fabricar una versión distorsionada de la realidad con fines políticos, y trazó paralelismos con el régimen de Adolf Hitler en las décadas de 1930 y 1940.
Durante su intervención, Gore reconoció la dificultad de establecer comparaciones con el Tercer Reich, aunque defendió la necesidad de recordar los peligros del ascenso del nazismo. Afirmó que no se debe pasar por alto lo que calificó como lecciones cruciales de esa época de maldad.
El exvicepresidente también rechazó la política migratoria de Trump, a la que calificó como una estrategia autoritaria basada en la utilización de los migrantes como chivos expiatorios. Sostuvo que varios líderes populistas ya han promovido la xenofobia para asegurar su llegada al poder.
Según Gore, el objetivo detrás de estas acciones gira en torno a la obtención del poder. Defendió que la Constitución estadounidense fue redactada precisamente para frenar a figuras como Trump. Sus palabras provocaron una ovación entre los asistentes.