El ministro de Relaciones Exteriores de Irán rechazó el miércoles las acusaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre antisemitismo.
El ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, escribió en Twitter que “los iraníes, incluidos nuestros compatriotas judíos, conmemoran los 40 años de progreso a pesar de la presión de Estados Unidos, como @realDonald Trump vuelve a acusarnos”.
En su discurso sobre el Estado de la Unión, Trump contextualizó su política sobre Irán criticando al régimen por su antisemitismo.
“Irán canta «muerte a Estados Unidos» y amenaza con el genocidio contra el pueblo judío. Nunca debemos ignorar el vil veneno del antisemitismo o aquellos que propagan su credo venenoso”.
La necesidad de adoptar una postura firme contra Teherán, según el presidente, fue evidente en el ataque a la Sinagoga Árbol de la Vida de Pittsburgh, en el que 11 judíos fueron asesinadas, lo que se considera el acto de violencia antisemita más mortífero en la historia de Estados Unidos.
“Hace unos meses, 11 judíos estadounidenses fueron asesinados brutalmente en un ataque antisemita en la Sinagoga Árbol de la Vida en Pittsburgh”, dijo Trump, cuando presentó al oficial de SWAT, Timothy Matson, quien respondió a la escena, y Judah Samet, un sobreviviente del Holocausto que también sobrevivió al ataque.
A principios del año pasado, Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán y renovó las sanciones a la República Islámica. Las acciones que dijo en su discurso tenían la intención de “garantizar que esta dictadura corrupta nunca adquiera armas nucleares”.
Trump hizo una mención de Israel en su discurso, que duró más de una hora. Durante un segmento extendido de su política de Medio Oriente, el presidente sugirió que se desviaría de la forma en que las anteriores Casas Blancas habían tratado de resolver el conflicto israelí-palestino.
“Nuestro enfoque se basa en el realismo basado en principios, no en teorías desacreditadas que han fallado durante décadas para generar progreso”, dijo. “Por esta razón, mi gobierno reconoció a la verdadera capital de Israel y con orgullo abrió la embajada estadounidense en Jerusalén”.