La junta de Harvard tiene prevista una reunión a lo largo del día de hoy que podría determinar el futuro de la presidenta de la prestigiosa universidad estadounidense, Claudine Gay.
La semana pasada, Gay fue interrogada en una comparecencia ante un comité del Congreso sobre si los llamamientos al “genocidio” contra los judíos violarían el código de conducta de Harvard. Su respuesta, en la que no afirmó directamente, sino que mencionó el “contexto”, generó controversia.
Según The New York Times, más de 500 miembros del profesorado de Harvard han firmado una petición instando a la resistencia contra “las presiones políticas que están en contradicción con el compromiso de Harvard con la libertad académica”. Se estima que el total de profesores de la universidad asciende a alrededor de 2,300 miembros.
Claudine Gay fue una de las tres responsables universitarios que fueron objeto de críticas por sus comentarios durante la audiencia en el Congreso estadounidense, junto con la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, y la presidenta del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Sally Kornbluth. Magill dimitió el sábado en medio de la presión de donantes y críticas por su testimonio.
Este caso se enmarca en un contexto de creciente preocupación por el antisemitismo en todo el mundo, especialmente tras el ataque del 7 de octubre contra Israel por parte de terroristas de Hamás y la consiguiente guerra en Gaza, y ha suscitado cuestionamientos sobre la protección de estudiantes judíos e israelíes en las universidades de Estados Unidos.