Las recientes imágenes de la activista climática Greta Thunberg coreando “aplastad al sionismo” en una protesta propalestina en Suecia han desatado críticas de prominentes ecologistas judíos.
Las acciones de Thunberg, vista como un ícono del movimiento ecologista, reflejan cómo “muchos ‘progresistas’ y de ‘izquierdas’ han sido capturados intelectualmente por un antisionismo ingenuo, distorsionado e intolerante”, afirmó Nigel Savage, activista medioambiental británico y fundador de la organización sin ánimo de lucro Hazon, a The Times of Israel.
Hazon, con sede en Jerusalén, fue fundada en el año 2000 y organiza marchas ciclistas ecológicas en Nueva York. Savage agregó: “Es un microcosmos de un desafío mucho mayor. Es triste y preocupante”. Thunberg no ha respondido inmediatamente a los intentos de obtener su reacción.
Alon Tal, ex legislador israelí y destacado científico de estudios medioambientales, sostiene que Thunberg ha jugado “un papel histórico en la concienciación mundial sobre el cambio climático”, pero ha “abusado de su estatura para promover posturas racistas y violentas”.
Thunberg, una sueca de 20 años que abandonó la escuela en 2018 para dedicarse a tiempo completo al activismo contra lo que advierte es una inminente crisis climática, es una firme defensora de los palestinos y ha publicado fotos de sí misma con carteles de apoyo a Gaza, incluidos los que dicen: “Alto al Holocausto” y “Judíos por la liberación de Palestina”.