La Casa Blanca ha criticado enérgicamente el comportamiento de los manifestantes antiisraelíes que protagonizaron disturbios y enfrentamientos con la policía frente al Capitolio, mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu se dirigía al Congreso. En un comunicado, la administración expresó que “el antisemitismo y la violencia nunca son aceptables”.
El subsecretario de prensa, Andrew Bates, declaró: “Identificarse con organizaciones terroristas malvadas como Hamás, quemar la bandera estadounidense o retirar por la fuerza la bandera estadounidense y reemplazarla por otra es vergonzoso”.
Bates también subrayó el derecho de todo estadounidense a manifestarse pacíficamente, pero lamentó que no todos los manifestantes demostraran ese comportamiento durante la jornada: “Todo estadounidense tiene derecho a manifestarse pacíficamente, pero, vergonzosamente, no todos demostraron ser pacíficos hoy”.