Los argentinos son mucho más antisemitas de lo que reconocen, ha denunciado uno de los principales periodistas del país, a raíz de una encuesta académica que revela que casi el 40 por ciento de la población cree que los “empresarios judíos” se están beneficiando de la pandemia del COVID-19.
“En Argentina tenemos una visión muy distorsionada de nosotros mismos, en todos los ámbitos”, afirmó el premiado columnista y locutor Jorge Lanata en su programa de radio el pasado jueves. “Somos los mejores, creemos que no somos racistas. Argentina en muchos aspectos es un país racista”.
Lanata continuó: “También pensamos que no somos antisemitas. En muchos aspectos, este es un país antisemita”. Continuó argumentando que “los mitos sobre los judíos son parte de nuestra cultura popular, no lo decimos abiertamente porque queda mal”.
La encuesta que motivó las declaraciones de Lanata fue publicada a fines de junio por el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismo de la Universidad de San Martín. Entrevistado por Lanata en su programa, el autor principal del estudio, Ezequiel Ipar, confesó que le había “sorprendido” la “magnitud” del sentimiento antisemita, sobre todo entre los más jóvenes.
Cuando se les preguntó si estaban de acuerdo con la falsa afirmación de que “detrás de la pandemia de coronavirus hay personajes como [el financiero judío-húngaro George] Soros y laboratorios de empresarios judíos que buscan beneficiarse económicamente”, un 30,3 por ciento de los encuestados dijo estar “muy de acuerdo”. Otro 6,7 por ciento estuvo de acuerdo en cierta medida con la afirmación.
Del 43 por ciento de los encuestados que estaban en desacuerdo, el 37,6 por ciento rechazaba completamente la afirmación. Otro 19 por ciento de los encuestados dijo no saber o ser indiferente.
En Argentina viven más de 200.000 judíos, la mayor comunidad de América Latina.
Ipar explicó que se había centrado en el antisemitismo después de ver memes y símbolos antijudíos en las redes sociales, así como manifestaciones contra el distanciamiento social y las restricciones de cuarentena impuestas por la pandemia.
Señaló que junto a Soros, el empresario argentino-judío Hugo Sigman también fue difamado en las protestas y en las plataformas de redes sociales. Entre los que desplegaron una retórica antisemita contra Sigman se encontraba el también empresario bonaerense Alberto Samid, que lo calumnió como un “¡MOISHE… que no se cansa de robarnos!”, en un post de Twitter el pasado mes de abril.
“Hay videos en YouTube que hacen esta asociación entre empresarios judíos que quieren beneficiarse de la pandemia”, dijo Ipar. “Así que nos pareció relevante estudiar los signos de antisemitismo en el contexto de la pandemia”.
El estudio concluyó que “las manifestaciones del discurso antisemita en las sociedades contemporáneas parecen, a la luz de este estudio, ser mucho más claras y explícitas de lo que se suele suponer”.