El actor estadounidense Mandy Patinkin y su esposa, Kathryn Grody, condenaron las acciones de Israel en Gaza y cuestionaron a quienes, según sus palabras, permiten que continúen. Las declaraciones aparecieron el sábado en una entrevista con la revista The New York Times, en la que también participó su hijo, Gideon Grody-Patinkin, como parte de una conversación sobre la presencia en redes sociales de su familia.
Durante la entrevista, el periodista David Marchese preguntó sobre su identidad judía y su activismo político. Grody afirmó que desaprueba el uso del antisemitismo como argumento contra quienes critican políticas israelíes. Indicó que su rechazo a las políticas del primer ministro no constituye antisemitismo, y sostuvo que la compasión hacia los habitantes de Gaza forma parte de su identidad judía.
Patinkin recordó un encuentro con Benjamin Netanyahu en la década de 1980, cuando el político aún no ocupaba el cargo de primer ministro. Relató que al percibir una impresión negativa, cambió de lugar a su hijo pequeño para alejarlo de él. También citó una frase de su personaje en la película La princesa prometida y la usó para introducir su opinión sobre la situación actual.
Según Patinkin, las políticas del gobierno israelí generan un impacto negativo sobre el pueblo judío a nivel global. Afirmó que la situación en Gaza pone en riesgo la seguridad del Estado de Israel y la de las comunidades judías en otras partes del mundo. Expresó su preocupación por la responsabilidad que, en su opinión, recae sobre quienes no se oponen a lo que ocurre con los civiles palestinos.
En sus palabras, Patinkin llamó a una reflexión personal. Preguntó a los judíos de todo el mundo si consideran sostenible la situación actual y los instó a evaluar su postura frente a los actos atribuidos al gobierno israelí. Subrayó la contradicción que, a su juicio, existe entre la memoria histórica del pueblo judío y el trato que reciben los civiles en Gaza.
Las declaraciones del actor se enmarcan en una trayectoria de activismo político. En 2020, participó en un video del New Israel Fund contra la anexión de Judea y Samaria. En 2021, publicó mensajes en redes sociales en favor de los palestinos. También rechazó una invitación oficial en 1998 por su desacuerdo con la política israelí hacia el proceso de paz en la región.
Algunos usuarios en redes sociales criticaron con dureza a Patinkin. Dahlia Kurtz, influencer política, publicó un mensaje en X acusándolo de adoptar una postura que, según ella, se alinea con posiciones destructivas. Barry Tigay, psicólogo retirado, lo acusó de difundir un “libelo de sangre” y negó las acusaciones contra el primer ministro, argumentando que Israel libra una guerra con métodos justificados.
En contraste, el perfil de TikTok del New York Times recibió comentarios en apoyo al actor. Un usuario judío declaró estar de acuerdo con sus opiniones y expresó su empatía hacia los palestinos. Rechazó las acusaciones de antisemitismo y afirmó que su identidad judía se refuerza cuando defiende a quienes considera víctimas de maltrato.
La guerra entre Israel y Hamás comenzó el 7 de octubre de 2023, tras el asesinato de aproximadamente 1.200 personas, en su mayoría civiles, y el secuestro de 251 personas por parte de terroristas. la guerra continúa en su vigésimo primer mes, con algunas divisiones internas emergentes en Israel respecto a su prolongación.
Líderes como Yair Golan han expresado críticas a la gestión militar. Varias familias de rehenes han solicitado la firma de un acuerdo para facilitar su liberación. Han responsabilizado al gobierno por prolongar la guerra y han pedido el respaldo de la comunidad judía estadounidense y de otros sectores para ejercer presión.
El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, estima en más de 58.000 los muertos, aunque los datos no pueden verificarse de forma independiente y no diferencian entre civiles y combatientes. Israel afirma haber eliminado a unos 20.000 combatientes y a otros 1.600 terroristas dentro de su territorio durante el ataque inicial.
Según el ejército israelí, su estrategia busca reducir el número de bajas civiles. Atribuye la dificultad a la práctica de Hamás de operar desde áreas densamente pobladas, incluidas instalaciones civiles. Hasta la fecha, las operaciones israelíes han provocado la muerte de 454 personas entre sus fuerzas, incluidos dos policías y tres contratistas civiles.