El miércoles, un grupo de manifestantes propalestinos y anti israelíes interrumpió un mitin de la campaña presidencial de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris en Harlem, Nueva York. Los manifestantes irrumpieron en el evento, interrumpiendo los discursos con cánticos y consignas.
Las imágenes del lugar mostraron una multitud portando pancartas, tambores y coreando frases como “Palestina será libre” y “Normalizar la intifada”. Entre las pancartas, destacó una fotografía de Yahya Sinwar, líder de Hamás, alzada por los manifestantes.
Aunque ni Kamala Harris ni su compañero de fórmula, el gobernador Tim Walz, estuvieron presentes, el acto de campaña contó con la asistencia de varios demócratas prominentes, incluidos el alcalde de Nueva York, Eric Adams, la gobernadora Kathy Hochul y el representante Adriano Espaillat. Sin embargo, la campaña de Harris no había autorizado este evento.
Según informes de Politico, los manifestantes interrumpieron repetidamente la manifestación, instando a los presentes a presionar por un alto el fuego en Gaza y un embargo en el suministro de armas a Israel. La policía finalmente escoltó a los manifestantes fuera del lugar.
Durante las interrupciones, Eric Adams, quien tomó la palabra, destacó la necesidad de unidad dentro del partido y recordó a los asistentes que la elección es “la verdadera lucha”. “Guarden toda esa ira hasta después de noviembre. En noviembre deben concentrarse en una sola cosa”, dijo, según declaraciones recogidas por Politico.
Después del mitin, los manifestantes siguieron a algunos de los asistentes a una fiesta posterior en un restaurante al aire libre en el barrio, donde la manifestación escaló. Las imágenes capturadas mostraron a los manifestantes detonando bombas de humo y enfrentándose con la policía, que procedió a realizar arrestos.
El manejo de la guerra con Hamás por parte de la administración Biden y el apoyo de Estados Unidos a Israel han generado descontento entre muchos árabes estadounidenses y sectores de izquierda. La guerra en la Franja de Gaza se ha prolongado durante 10 meses, iniciándose el 7 de octubre, cuando miles de terroristas de Hamás atacaron el sur de Israel, matando a unas 1.200 personas y tomando 251 rehenes.
En respuesta a este ataque, Israel lanzó una invasión terrestre de Gaza con el objetivo de desmantelar al grupo terrorista que controla la Franja y rescatar a los rehenes. El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, afirma que más de 39.000 personas han muerto o están desaparecidas desde el inicio de los combates, aunque estas cifras no han sido verificadas y no distinguen entre civiles y combatientes. Israel, por su parte, ha declarado que hasta mayo ha eliminado a unos 15.000 combatientes en combate y a unos 1.000 terroristas durante el ataque del 7 de octubre.
Desde el inicio de la guerra, manifestantes antiisraelíes y propalestinos han organizado protestas alrededor del mundo en contra de la guerra de Israel en Gaza. Algunos incluso han elogiado el ataque de Hamás del 7 de octubre y han llamado a una nueva intifada.
Para los israelíes, la palabra intifada (levantamiento en árabe) evoca recuerdos dolorosos de una ola masiva de ataques terroristas a principios de la década de 2000, que incluyó atentados suicidas y otros ataques en Israel que resultaron en la muerte de cientos de civiles. Otra intifada se produjo a fines de la década de 1980, dejando también una huella profunda en la memoria colectiva de la nación.