El pasado domingo, en la entrada de la sinagoga Oheb Shalom en South Orange, Nueva Jersey, se observaron grafitis realizados por manifestantes antiisraelíes que protestaban contra una charla de un soldado de la Fuerza Aérea israelí. Este acto provocó el rechazo de autoridades y vecinos.
Frente al edificio religioso, un grupo de manifestantes se reunió durante la mañana en rechazo a la presentación de miembros de la unidad de búsqueda y rescate israelí. Según la alcaldesa Sheena Collum, los manifestantes escribieron “Terroristas por aquí” y dibujaron una flecha hacia la sinagoga.
La rabina Abigail Treu, líder de la congregación, denunció en un comunicado que los manifestantes gritaban frases ofensivas como “asesinos de bebés” a las personas que pasaban por el lugar. Un vecino borró las pintadas rápidamente, lo que fue agradecido por la rabina, quien también destacó la rápida respuesta policial.
Collum informó que la policía está tratando el hecho como un delito de odio. En su mensaje, destacó la importancia de rechazar actos de intolerancia que amenacen los valores de convivencia de la comunidad. «No se trata solo de un ataque a un grupo específico, sino a los principios que compartimos como vecinos», declaró.
La congresista Mikie Sherrill, representante demócrata del área, también condenó lo ocurrido. En su declaración, subrayó que, aunque las manifestaciones pacíficas están protegidas por la Constitución, invadir propiedades privadas con mensajes ofensivos y amenazas es inaceptable y atenta contra los valores de diversidad de la región.
Treu destacó el papel humanitario de la unidad israelí, que ha participado en rescates en diversas partes del mundo, incluida Gaza. Además, señaló que la sinagoga promueve un espacio donde convergen diferentes puntos de vista sobre Israel.
“Es inaceptable que, mientras buscamos unirnos como comunidad, seamos atacados con actos que buscan dividirnos. Nuestra carpa es grande y da cabida a muchos, pero también tiene límites», afirmó la rabina en su comunicado.