La canciller alemana, Angela Merkel, continuó su visita de 24 horas a Israel el jueves con una visita al museo conmemorativo del Holocausto Yad Vashem en Jerusalén, y dijo que Alemania tenía una «responsabilidad eterna» para recordar la tragedia y oponerse al antisemitismo.
«Hace casi 80 años, en la noche del 9 de noviembre, el pueblo judío en Alemania enfrentó un odio y violencia sin precedentes», dijo después de su visita, leyendo el mensaje que escribió en el libro de visitas del museo.
Merkel se refería a la noche de los cristales rotos o Kristallnacht, que ocurrió el 9 de noviembre de 1938.
«Lo que siguió fueron los crímenes sin precedentes de la Shoah y su ruptura con la civilización», agregó Merkel. «De esto viene la responsabilidad eterna de Alemania de recordar este crimen y de oponerse al antisemitismo, la xenofobia, el odio y la violencia«.
Más tarde, el jueves, Merkel se reunió con el primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente Reuven Rivlin, y también recibirá un doctorado honorario de la Universidad de Haifa.
Merkel, que está acompañada por gran parte de su gabinete, una gran delegación empresarial y su nuevo zar para combatir el antisemitismo, llegó a Israel el miércoles por la noche para ver la última de una serie de consultas conjuntas con el gobierno que destacaron el vínculo estrecho de los países siete décadas después de el Holocausto, aun cuando recientes desarrollos han puesto a prueba los lazos.
Se espera que su visita de dos días se centre en asuntos económicos bilaterales, con énfasis en proyectos de innovación, tecnología y desarrollo. Pero en el fondo se avecinan diferencias marcadas en las políticas israelíes y alemanas hacia Irán y los palestinos.
Alemania es el mayor socio comercial de Israel en Europa y durante las últimas décadas ha sido uno de sus aliados más fuertes. Israel se estableció tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial, y el gobierno alemán pagó miles de millones en reparaciones a los sobrevivientes del Holocausto y se posicionó como líder en la lucha contra el antisemitismo.
Pero las diferencias se han exacerbado tras la elección del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Netanyahu ha sido uno de los más firmes partidarios internacionales de Trump, elogiándolo por retirarse del acuerdo nuclear iraní que Merkel y otros líderes mundiales ayudaron a negociar en 2015. Netanyahu dice que el acuerdo, que frenó el programa nuclear iraní, no incluye suficientes salvaguardas para prevenir República Islámica de desarrollar una capacidad de armas nucleares.
Trump también se ha abstenido en gran medida de criticar la actividad de poblados israelíes en Judea y Samaria, un tema de frecuente queja europea, y reconoció a Jerusalén como su capital y trasladó a la embajada de Estados Unidos allí. También ha recortado fondos a los palestinos y le ha echado la culpa por las estancadas conversaciones de paz en Oriente Medio.
La relación de Netanyahu con Merkel ha sido cordial aunque fría a veces. Merkel ha continuado defendiendo el enfoque tradicional del proceso de paz en Medio Oriente, que reclama el establecimiento de un Estado palestino junto a Israel. Alemania, por ejemplo, ha estado entre los países europeos que piden a Israel que se abstenga de llevar a cabo sus planes para demoler una aldea de Judea y Samaria que fue construida ilegalmente.
Israel ha ofrecido reasentar a los 180 residentes beduinos palestinos del campamento Khan al-Ahmar a unos pocos kilómetros de distancia. Pero los palestinos y sus partidarios europeos dicen que la demolición tiene como objetivo desplazar a los beduinos en favor de la expansión de poblados y que supondría un golpe devastador para las esperanzas de un Estado palestino.
La Corte Suprema rechazó recientemente una apelación final contra los planes y los residentes se están preparando para la mudanza cualquier día. Sin embargo, es poco probable que las fuerzas israelíes lo lleven a cabo durante la breve estadía de Merkel, por temor a provocar una crisis.
En cualquier caso, los funcionarios israelíes dicen que no esperan que el problema, o la preferencia de Merkel por mantener el acuerdo con Irán, opaquen la visita. Se espera generar nuevos acuerdos económicos, la creación de un intercambio formal de jóvenes y un renovado compromiso con la lucha contra el antisemitismo, después de que Israel alarmó varios casos recientes en Alemania.