Horst Mahler, uno de los agitadores neonazis más notorios de Alemania desde la posguerra, murió el domingo a los 89 años en un hospital de Berlín, según confirmó su abogado Jan Dollwetzel. La información coincidió con una declaración del partido Die Heimat, anteriormente conocido como Partido Nacional Democrático de Alemania, vinculado al movimiento neonazi.
Mahler fundó la organización terrorista Facción del Ejército Rojo en 1970 y participó en robos bancarios y actividades armadas. Ese mismo año fue arrestado y condenado a diez años de prisión. Durante su encarcelamiento se alejó del entorno terrorista de izquierda. Posteriormente recuperó su licencia como abogado con el respaldo de Gerhard Schröder, quien más tarde fue canciller federal.
En la década de 1990 se incorporó al movimiento neonazi alemán. Se afilió al NPD, lo representó ante tribunales y adoptó una línea abiertamente antisemita. En 2004 declaró a la prensa que el odio a los judíos era “completamente normal” y un “signo de salud mental”, por lo que fue juzgado por incitación al odio.
En 2007 afirmó en una entrevista que “Hitler fue el libertador del pueblo alemán”. Ese mismo año recibió una sentencia de seis meses de cárcel por hacer el saludo nazi frente a sus carceleros. En 2009 fue condenado por negar públicamente el Holocausto y distribuir propaganda antisemita con llamados a la violencia contra los judíos.
El Estado alemán revocó de forma permanente su licencia profesional. Aunque se encontraba cumpliendo múltiples condenas, fue liberado en 2015 por razones médicas. Una vez en libertad, continuó difundiendo discursos antisemitas. Según el diario Die Zeit, en enero de 2017 afirmó que “la judería es el verdadero enemigo” y denunció un supuesto plan judío para eliminar al pueblo alemán.
Ese mismo año huyó a Hungría y solicitó asilo al primer ministro Viktor Orban, al que se refirió como “Führer” en una carta pública y un video. Hungría rechazó la solicitud y accedió a extraditarlo a Alemania, donde terminó de cumplir su condena en 2020.
Durante su última etapa en prisión escribió manifiestos antisemitas en los que hablaba de “dominación extranjera judía” y calificaba al Holocausto como una “narrativa fabricada”. Se autodefinió como “prisionero de guerra” y alegó ser víctima de “consejos judíos”. Estas declaraciones formaron parte del material reunido para un juicio previsto en 2023, suspendido por su deterioro físico.
El caso de Mahler fue citado por organismos de vigilancia del antisemitismo como ejemplo del nexo entre ideologías opuestas que comparten una agenda antijudía. Un portavoz de Community Security Trust declaró: “Horst Mahler personificó la forma en que el antisemitismo cruza las fronteras ideológicas y puede atraer a movimientos extremistas diferentes, aparentemente opuestos”.
El representante añadió: “Aunque en apariencia la extrema izquierda y son enemigas, ambas comparten un rechazo a la democracia liberal y una visión conspirativa del mundo en la que los judíos, o los sionistas, son percibidos como un obstáculo para sus fines políticos. Por eso, la trayectoria ideológica de Mahler no resulta tan inusual como podría parecer”.