Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador de Canadá, aseguró que deportará a extranjeros implicados en delitos de incitación al odio, en particular por actos antisemitas. Durante su campaña en un distrito de Ottawa, afirmó que las protestas propalestinas han agravado los crímenes de odio en el país.
Desde su postura, los disturbios ligados a manifestaciones y ataques a comunidades judías deben enfrentarse con leyes más estrictas. Poilievre mencionó que los actos violentos por motivos étnicos o religiosos serán motivo de expulsión inmediata para quienes no posean ciudadanía canadiense y permanezcan en el país con visas temporales.
Aunque en ocasiones anteriores ha buscado diferenciarse de Donald Trump, el discurso de Poilievre coincidió esta vez con el enfoque del mandatario estadounidense, al endurecer la política migratoria contra actos vinculados al antisemitismo.
El conservador denunció los recientes ataques contra sinagogas y escuelas judías, señalando que estas acciones violentas no solo incluyen vandalismo, sino también el uso de explosivos e intentos de agresión física. B’nai Brith, una organización judía en Canadá, informó que los incidentes antisemitas se han más que duplicado en los últimos dos años.
Tras el ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre de 2023, múltiples ciudades como Montreal, Toronto y Vancouver han sido escenario de agresiones contra la comunidad judía, incluyendo tiroteos y atentados incendiarios.
El martes, Mark Carney, líder liberal y primer ministro, fue interpelado en un mitin por un manifestante que acusó a Israel de genocidio en Gaza. Su respuesta, centrada en destacar restricciones canadienses al envío de armas, provocó una reacción del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien acusó a Canadá de atacar al “único estado judío” en lugar de respaldar su lucha contra Hamás.
Carney aclaró luego que no escuchó la acusación durante el acto y reafirmó su respaldo a un alto el fuego en Gaza.