Un político portugués sugirió que el dominio financiero judío ha facilitado el éxito de Israel en la vacunación contra el COVID-19.
Su tuit provocó un inusual repudio varios días después por parte del segundo partido del país.
“Los judíos, como dominan el mundo fiscal, compraron y tienen las vacunas que querían”, escribió Rodrigo Sousa e Castro, legislador local de Lisboa. “Es una especie de venganza histórica. No diré nada más antes de que salten los ‘bulldogs’ sionistas”.
Tras las protestas por sus comentarios, incluidas las de la Embajada de Israel en Lisboa, Sousa e Castro borró el tuit y dijo que era “ofensivo”.
Pero Sousa e Castro, portavoz de los militares que en 1974 acabaron con la dictadura de António de Oliveira Salazar, publicó después en Twitter que el tuit original hablaba en realidad del “sionismo y sus crímenes en Palestina” que molestaban a los “zio-nazis”. También publicó una foto suya estrechando la mano del difunto architerrorista egipcio Yasser Arafat, apodado “líder palestino”.
El miércoles, el Partido Socialdemócrata, fundado en 1974 por figuras clave de la revolución, presentó un proyecto de resolución en el parlamento en el que decía que “Portugal asiste a la propagación de un discurso antisemita con graves insinuaciones”. Ser un defensor de la revolución de 1974, añadía, “significa honrar sus valores”.
Portugal, un país con 10 millones de habitantes, cuenta con unos 3.000 judíos y los incidentes antisemitas allí son extremadamente raros, al igual que las resoluciones en el parlamento condenando el antisemitismo.