La comunidad judía de Francia se encuentra sumida en la preocupación y el temor ante los recientes disturbios que han estallado en París y en otras áreas del país con importantes comunidades musulmanas.
Jonathan Curiel, un judío de 40 años que vive en el suburbio parisino de Sarcelles, refleja este miedo y se encuentra en alerta, ante la posibilidad de convertirse en blanco de ataques.
Los disturbios comenzaron el martes tras el asesinato de un joven de 17 años de ascendencia argelina a manos de un oficial de policía. A raíz de este suceso, las calles de Sarcelles y otras áreas han sido escenario de caos y violencia, afectando particularmente a la población judía.
“En 2014, tenía miedo como judío. Esta vez, tengo miedo como francés”, confesó Curiel al The Times of Israel. Este miedo es un reflejo del contexto sociopolítico actual de Francia, un país que se debate entre una fuerte tensión social tras políticas a favor de la inmigración.
A pesar de que hasta ahora los alborotadores no han atacado directamente a los judíos, la escalada de violencia y las acciones indiscriminadas de los manifestantes han generado un clima de temor generalizado. Los disturbios han afectado tanto a negocios de propiedad judía como árabe, transformando las calles de Sarcelles en una zona de batalla.
Este panorama ha puesto a prueba la administración del presidente Emmanuel Macron, quien ha intentado dar una respuesta a las crecientes inquietudes de la derecha en torno a la inmigración. La situación ha sido especialmente delicada en lugares como Aubervilliers, un suburbio con una importante población musulmana y una escuela judía afiliada al movimiento Jabad-Lubavitch.
Los recientes disturbios han recordado a la comunidad judía los eventos de 2014, cuando tiendas de propiedad judía en Sarcelles fueron atacadas durante la guerra de Gaza de 2014 entre Israel y Hamas.
A pesar de las medidas implementadas por Macron para frenar la violencia, como el despliegue de 45.000 policías en París, la comunidad judía percibe una sensación de desamparo y negligencia por parte de las autoridades.
La situación actual en Francia ha reavivado el temor entre la comunidad judía de ser blanco de ataques, un temor que se extiende más allá de los límites de París. En Marsella, los disturbios también han generado preocupación entre los 70.000 judíos de la ciudad, a pesar de que los disturbios han tenido lugar fuera de los barrios donde viven.