Más de 200 manifestantes antiisraelíes se congregaron el martes frente a la Universidad de Columbia en Nueva York para rechazar la presencia del ex primer ministro de Israel, Naftali Bennett, quien asistió al campus para ofrecer una conferencia.
La visita de Bennett despertó una fuerte oposición en un contexto de protestas universitarias contra la guerra en Gaza, iniciadas tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023. La presencia del exlíder israelí generó una reacción previsible entre los manifestantes propalestinos.
“La universidad prioriza ciertas voces sobre otras al invitar a alguien con un historial tan violento y abiertamente discriminatorio”, expresó la Coalición de Solidaridad con Palestina de Columbia en un comunicado. Durante la protesta, muchos participantes cubrían sus rostros con máscaras o keffiyehs, y ninguno aceptó hablar con periodistas de la AFP.
Las autoridades policiales mantuvieron separadas las manifestaciones de grupos opuestos. Un reducido contingente pro-Israel también se hizo presente, pero no se reportaron incidentes.

Un vocero de la universidad declaró al Columbia Spectator que la administración coordinó medidas de seguridad junto al capítulo local de Hillel, con el objetivo de minimizar interrupciones en las actividades académicas. “El evento contó con una gran asistencia y se desarrolló sin interferencias”, afirmó.
Antes de la conferencia, la CPSC convocó a protestar tras conocer la visita de Bennett a través de un correo filtrado. Según el grupo, los organizadores intentaron mantener en secreto la identidad del conferencista.
El comunicado de la CPSC citó declaraciones atribuidas a Bennett. En 2018, cuando era ministro de Educación, habría afirmado que ordenaría disparar contra niños palestinos que cruzaran la valla fronteriza con Gaza, alegando que “no son niños, son terroristas”. También se le atribuye un comentario de 2013 donde dijo: “He matado a muchos árabes en mi vida y no tengo problema con ello”, en referencia a su servicio militar en una unidad de comando.
La CPSC también acusó a Bennett de crímenes de guerra por su participación en la Primera Guerra del Líbano en 1996. En aqula guerra, una unidad bajo su mando se vio envuelta en un intercambio de fuego con Hezbolá, lo que provocó un ataque de artillería israelí que impactó un complejo de la ONU en Qana, matando a 106 civiles.
Mientras tanto, la administración de Donald Trump amenazó con recortar fondos federales a la Universidad de Columbia por presunto antisemitismo. El gobierno estadounidense anunció el lunes que evalúa suspender contratos por más de 50 millones de dólares, alegando que la institución no protege a sus estudiantes judíos.
“Se suspenderán todos los fondos federales para cualquier colegio, escuela o universidad que permita protestas ilegales”, escribió Trump en Truth Social. Además, advirtió que los “agitadores” enfrentarán cárcel o deportación, y que los estudiantes estadounidenses involucrados serán expulsados o detenidos según la gravedad de sus acciones.
Las tensiones en Columbia han ido en aumento. La semana pasada, manifestantes antiisraelíes irrumpieron en un edificio de Barnard College, afiliado a Columbia, donde un empleado resultó herido. Barnard ya había expulsado a dos estudiantes por interrumpir la clase de un profesor israelí, y un grupo de protesta informó que un tercer alumno también fue expulsado.
El año pasado, otra protesta antiisraelí culminó con la toma forzada de un edificio en el campus, lo que provocó una intervención policial y decenas de arrestos. Estas manifestaciones han sido parte de una ola de protestas en universidades de Estados Unidos contra la ofensiva militar israelí en Gaza, lanzada en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre, en el que terroristas mataron a 1.200 personas y secuestraron a 251 rehenes en Israel.
Algunos estudiantes judíos han denunciado que las protestas los hacen sentir inseguros en el campus.