Una red del crimen organizado ideó un falso plan para atacar una sinagoga en Sídney con explosivos, con el objetivo de desviar la atención de las fuerzas de seguridad, informaron el lunes las autoridades australianas.
En enero, la policía halló un remolque con explosivos capaces de generar una onda expansiva de 40 metros, junto con la dirección de una sinagoga local. Sin embargo, investigadores determinaron que se trataba de un engaño criminal, no de un atentado terrorista.
La comisionada adjunta de seguridad nacional de la Policía Federal Australiana, Krissy Barrett, explicó en una conferencia de prensa que la caravana nunca representó un peligro real. La ausencia de un detonador y la facilidad con la que fue encontrada sugieren que no hubo intención de atacar la comunidad judía.

Desde el inicio de la investigación, los agentes sospecharon que el hallazgo formaba parte de una estafa diseñada para generar pánico y obtener beneficios personales. Por precaución, la policía indagó posibles vínculos terroristas antes de revelar que la amenaza era falsa, agregó Barrett.
Delincuentes dentro y fuera de Australia participaron en el engaño, que consistió en adquirir un remolque, llenarlo de explosivos y material antisemita, abandonarlo en un lugar específico y alertar a las autoridades sobre un supuesto atentado. Se sospecha que el autor intelectual reclutó criminales locales con la intención de manipular su situación legal.
Barrett evitó detallar las motivaciones detrás del plan, pero señaló que los delincuentes suelen usar información para negociar reducciones de condena u otros beneficios.

La comunidad judía expresó su preocupación por el caso. Alex Ryvchin, codirector ejecutivo del Consejo Ejecutivo del Judaísmo Australiano, advirtió que la implicación del crimen organizado en intentos de ataques antisemitas agrava la crisis de antisemitismo en el país. Recordó que sinagogas y centros infantiles han sido incendiados, lo que genera temor, sin importar si el móvil es económico o ideológico.
Ryvchin destacó que la revelación no aporta tranquilidad, pues demuestra que el crimen organizado también busca intimidar a la comunidad judía. Jeremy Leibler, presidente de la Federación Sionista de Australia, subrayó que el objetivo del engaño era sembrar miedo en una comunidad ya afectada por la guerra en Medio Oriente, tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023.
Hasta el momento, no hay detenidos por la planificación de la farsa, pero la policía reveló la información para tranquilizar a la comunidad judía en Sídney, según el comisionado adjunto de la policía de Nueva Gales del Sur, Dave Hudson.
Hudson explicó que el objetivo del engaño era generar caos, amenazas y angustia, además de distraer a la policía de su labor cotidiana para facilitar otras actividades delictivas. Investigadores identificaron a un sospechoso vinculado a una organización criminal.

En un caso aparte, la policía arrestó el lunes a 14 personas por incidentes antisemitas en Sídney. Durante operativos en la zona este de la ciudad, cinco sospechosos fueron acusados de vandalismo y daños a la propiedad, aunque ninguno mostró ideología antisemita, según Hudson.
Las pesquisas sobre ataques a sinagogas, incendios de automóviles y grafitis ofensivos sugieren que un pequeño grupo o incluso una sola persona está detrás de estos actos, explicó Hudson. Las autoridades sospechan que el mismo responsable del engaño del remolque podría estar vinculado a los ataques antisemitas.
Leibler agradeció a la policía por actuar con firmeza, pero advirtió que los hallazgos no minimizan el aumento del antisemitismo en Australia. Desde el inicio de la guerra en Gaza, viviendas, escuelas, sinagogas y vehículos han sido blanco de ataques, lo que ha generado preocupación en Israel, aliado histórico del país.
El Consejo Ejecutivo del Judaísmo Australiano informó que los incidentes antisemitas se cuadruplicaron tras el 7 de octubre. En respuesta, Nueva Gales del Sur creó en diciembre de 2024 la Strike Force Pearl, un equipo con oficiales de contraterrorismo y tácticas especiales, para combatir los crímenes de odio en los suburbios orientales de Sídney. Paralelamente, la Policía Federal Australiana lanzó la Operación Avalite para investigar el aumento de delitos antisemitas en el país.