Unos vándalos han robado el monumento a Ana Frank en esta ciudad, en lo que los líderes judíos califican como un crimen probablemente motivado por el valor de los metales de la estatua, y no por el antisemitismo.
La embajada de los Países Bajos en Buenos Aires tuiteó el viernes una imagen de la mancha de la estatua junto con un mensaje de condena del robo. La policía no ha revelado ningún detalle.
Varias estatuas de bronce y otros metales han sido robadas en toda la ciudad en los últimos años, por lo que algunos han llamado una “mafia del bronce”. El mayor cementerio judío de la provincia de Buenos Aires ha sido robado repetidamente desde el año pasado.
“Si se tratara de un caso de antisemitismo, debería haber vandalismo en la estatua, algunas señales, deberían haber destruido la estatua. Pero no es el caso. Es por el metal”, dijo Ariel Gelblung, director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, a la Agencia Telegráfica Judía.
La rama latinoamericana del Centro Wiesenthal pidió una rápida respuesta de las autoridades.
La estatua es una réplica de la ubicada en Ámsterdam, donde Ana y su familia estuvieron escondidos durante la Segunda Guerra Mundial. La versión argentina fue inaugurada en 2014 en la Plaza del Reino de los Países Bajos, en el barrio de Puerto Madero de Buenos Aires, una popular zona turística.
El rabino Avraham Soetendorp, superviviente holandés del Holocausto y ex presidente de la Unión Europea para el Judaísmo Progresista, fue el principal orador en la ceremonia. Contó que un ama de casa holandesa le acogió cuando era un niño de tres meses escondido en una maleta en la Holanda ocupada siete décadas antes.
“Estoy aquí gracias a la compasión humana”, dijo.
En Buenos Aires también hay una Casa y Museo de Ana Frank, inaugurada en 2009.