El presidente Trump sugiere cortar subvenciones a Harvard por no abordar el antisemitismo y rechazar demandas federales sobre políticas universitarias.
Trump critica a Harvard por tolerar antisemitismo en campus
El presidente Donald Trump anunció que su administración evalúa suspender subvenciones federales a la Universidad de Harvard debido a su manejo del antisemitismo en el campus y su negativa a cumplir con demandas gubernamentales sobre contratación, admisiones y regulación del discurso. En declaraciones recientes, Trump expresó su frustración: “Parece que no les vamos a dar más subvenciones, ¿verdad, Linda?”, dirigiéndose a la secretaria de Educación, Linda McMahon. Añadió que las subvenciones son discrecionales y que Harvard “no se está comportando bien”, sin detallar las medidas específicas que planea implementar. Esta declaración intensifica la disputa entre la administración y la universidad, que enfrenta acusaciones de no proteger adecuadamente a los estudiantes judíos frente al antisemitismo.
la guerra escaló tras la decisión de Harvard de rechazar las exigencias del Joint Task Force to Combat Anti-Semitism, que buscaba reformas en las políticas de la universidad. El 14 de abril de 2025, la administración congeló $2.2 mil millones en subvenciones y $60 millones en contratos federales, argumentando que Harvard no cumple con las leyes de derechos civiles al tolerar la discriminación antisemita. La universidad, liderada por el presidente Alan Garber, respondió con una demanda contra el gobierno, alegando que las demandas violan la Primera Enmienda y exceden la autoridad federal. Garber afirmó: “Ningún gobierno debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas”. La acción legal de Harvard marca la primera resistencia significativa de una universidad elite contra las políticas de la administración Trump.
Harvard ha enfrentado críticas por su respuesta al antisemitismo desde los ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, que desencadenaron protestas en campus estadounidenses. Las manifestaciones propalestinas en Harvard generaron quejas de estudiantes judíos, quienes reportaron sentirse inseguros por discursos y acciones hostiles. En enero de 2024, la universidad creó una task force presidencial para combatir el antisemitismo, adoptando la definición de la International Holocaust Remembrance Alliance y actualizando políticas antidiscriminación para incluir explícitamente a judíos e israelíes. Sin embargo, estas medidas no han satisfecho a la administración Trump, que acusa a Harvard de priorizar “ideologías divisivas” sobre la seguridad estudiantil.

El 20 de enero de 2025, Harvard resolvió dos demandas bajo el Título VI de la Ley de Derechos Civiles, presentadas por grupos como el Louis D. Brandeis Center y Students Against Antisemitism. Estas acusaban a la universidad de negligencia ante el antisemitismo “severo y generalizado”. Como parte del acuerdo, Harvard se comprometió a publicar informes anuales sobre discriminación, designar un punto de contacto para quejas antisemitas y capacitar al personal. Sin embargo, Alexander Kestenbaum, demandante principal, rechazó el acuerdo y planea llevar a Harvard a juicio, exigiendo mayor rendición de cuentas.
Datos clave sobre el antisemitismo en Harvard
- Fondos en riesgo: La administración Trump revisa $8.7 mil millones en subvenciones y $255.6 millones en contratos federales a Harvard.
- Medidas de Harvard: Desde 2024, la universidad actualizó reglas disciplinarias, amplió capacitación contra el antisemitismo y lanzó el President’s Building Bridges Fund para diálogo interreligioso.
- Incidentes reportados: En 2023, protestas propalestinas incluyeron un enfrentamiento viral con un estudiante israelí en la Harvard Business School y acusaciones contra el profesor Marshall L. Ganz.
- Críticas externas: La Anti-Defamation League dio a Harvard una calificación reprobatoria en 2024 por sus políticas de protección a estudiantes judíos.
Antisemitismo en otros campus de EE. UU. y medidas federales

La controversia con Harvard no es un caso aislado. La administración Trump ha intensificado su escrutinio sobre universidades estadounidenses tras las protestas de 2023-2024 relacionadas con la guerra Israel-Hamás. Columbia University enfrentó una reducción de $400 millones en fondos federales en marzo de 2025, tras acusaciones de no proteger a estudiantes judíos. Columbia aceptó condiciones como prohibir máscaras en protestas y disciplinar a estudiantes que promuevan contenido antisemita, lo que generó críticas de grupos de libertad de expresión. Las negociaciones con el gobierno continúan para restaurar los fondos.
El Departamento de Educación inició investigaciones en cinco universidades, incluyendo Cornell y Northwestern, bajo el Título VI por presunto acoso antisemita. Cornell perdió $1 mil millones y Northwestern $790 millones en fondos federales. En febrero de 2025, la Oficina de Derechos Civiles envió cartas a 60 instituciones, advirtiendo sobre posibles sanciones si no abordan el antisemitismo. Entre las universidades señaladas están Brown, Yale, UCLA y UC Berkeley. Estas acciones reflejan la prioridad de Trump, quien firmó una orden ejecutiva en enero de 2025 para combatir el antisemitismo “vigorosamente”.
Las protestas en campus tras el 7 de octubre de 2023 generaron tensiones. En Columbia, estudiantes ocuparon edificios, lo que llevó a arrestos y críticas por parte de legisladores republicanos. En UCLA, enfrentamientos entre manifestantes propalestinos y proisraelíes resultaron en detenciones. La Universidad de Pennsylvania perdió $175 millones en fondos, y su presidenta renunció tras una audiencia en el Congreso sobre antisemitismo. Estas audiencias también contribuyeron a las dimisiones de las presidentas de Harvard (Claudine Gay) y Columbia (Minouche Shafik).
El Joint Task Force to Combat Anti-Semitism, creado por Trump, planea visitar 10 campus, incluyendo Harvard, Columbia, NYU y Johns Hopkins, para investigar incidentes antisemitas. La task force, liderada por Leo Terrell, busca reunirse con líderes universitarios, estudiantes y autoridades locales. El enfoque del gobierno ha generado apoyo entre grupos judíos, pero también críticas por parte de asociaciones universitarias que ven las medidas como una injerencia en la autonomía académica.
Contexto general del antisemitismo en universidades

El aumento de incidentes antisemitas en campus estadounidenses se vincula al conflicto Israel-Hamás, que polarizó a estudiantes y facultades. Las protestas propalestinas, a menudo calificadas por críticos como “pro-Hamás”, incluyeron consignas y actos percibidos como hostiles por estudiantes judíos. En respuesta, el gobierno Trump ha utilizado la retención de fondos como herramienta para presionar a las universidades, argumentando que estas no cumplen con el Título VI, que prohíbe la discriminación por origen nacional, incluyendo la ascendencia judía.
Harvard, como símbolo del prestigio académico, enfrenta un escrutinio particular. La universidad ha implementado reformas, como fortalecer reglas de uso del campus y prohibir protestas en espacios académicos, pero persisten las críticas por su lentitud en responder a quejas. En marzo de 2025, más de 600 profesores de Harvard firmaron una carta instando a la universidad a resistir las demandas federales, argumentando que amenazan la libertad académica. Este respaldo refleja la tensión entre la autonomía universitaria y las presiones gubernamentales.
Otros casos destacados incluyen a la Universidad de California, que resolvió demandas por antisemitismo en 2024, y Brown, que enfrentó críticas por no emitir recomendaciones finales de su task force contra el antisemitismo. La administración Trump ha señalado que las universidades deben priorizar la seguridad de los estudiantes judíos para mantener el acceso a fondos federales, una postura que ha generado un debate sobre los límites de la intervención estatal en la educación superior.
El enfoque de Trump ha sido consistente con su campaña, donde prometió ser un “defensor” de los judíos estadounidenses. En un discurso, afirmó: “Mi promesa a los judíos americanos es que seré el mejor amigo que hayan tenido en la Casa Blanca”. Esta retórica subraya su estrategia de vincular la lucha contra el antisemitismo con la eliminación de lo que él describe como ideologías “woke” en las universidades.