El gobierno de Estados Unidos anunció la suspensión de 400 millones de dólares en subvenciones y contratos con la Universidad de Columbia, argumentando la persistencia del antisemitismo en su campus. Esta decisión representa la medida más contundente adoptada por la administración Trump en su ofensiva contra la discriminación antijudía en instituciones académicas.
El Departamento de Justicia, el Departamento de Salud y Servicios Humanos, el Departamento de Educación y la Administración de Servicios generales, integrantes del Grupo de Trabajo Conjunto contra el Antisemitismo, justificaron la medida en un comunicado señalando la “falta de acción de Columbia ante el acoso constante a los estudiantes judíos”.
Según el documento, estos recortes son solo el inicio de una serie de sanciones adicionales, recordando que la universidad dispone de más de 5.000 millones de dólares en compromisos de financiamiento federal. Leo Terrell, jefe del grupo de trabajo, subrayó que la congelación de fondos es solo una de las herramientas utilizadas para enfrentar el incremento del antisemitismo y advirtió que habrá más medidas.
Las agencias federales indicaron que se emitirán órdenes de suspensión inmediata para las subvenciones y contratos afectados, aunque no se especificó qué programas perderán financiamiento. La Casa Blanca compartió un gráfico en su cuenta X con la frase “Shalom Columbia”, reforzando el mensaje de la administración.
En respuesta, un portavoz de Columbia declaró al Times of Israel que la universidad está revisando la decisión y se compromete a colaborar con el gobierno federal para restablecer los fondos. También reafirmó el compromiso de la institución con el cumplimiento de sus obligaciones legales, la lucha contra el antisemitismo y la seguridad de su comunidad.
A inicios de la semana, el grupo de trabajo había advertido a Columbia sobre posibles sanciones. Sin embargo, los incidentes antisemitas continuaron en el campus y sus alrededores. Durante ese tiempo, manifestantes estudiantiles protestaron contra un evento del ex primer ministro Naftali Bennett, ocuparon una biblioteca, confrontaron a la policía, distribuyeron propaganda de Hamás y participaron en manifestaciones junto a grupos radicales externos.
Algunas protestas ocurrieron en el Barnard College, afiliado a Columbia, y contaron con la participación de alumnos de ambas instituciones. Cuatro manifestantes arrestados en Barnard eran estudiantes de Columbia y fueron suspendidos.
El grupo de trabajo contra el antisemitismo también anunció que inspeccionará 10 universidades donde se han registrado incidentes similares desde octubre de 2023, incluyendo Harvard y Columbia.
El martes, el presidente Trump advirtió que cortará fondos federales a cualquier institución que “tolere protestas ilegales”, reforzando su postura en la plataforma Truth Social.
En otro movimiento, el Departamento de Estado revocó la visa de un estudiante extranjero que participó en manifestaciones a favor de Hamás.
Las tensiones en Columbia han escalado desde el año pasado, cuando protestas antiisraelíes desembocaron en la instalación de un campamento en el campus y la ocupación de una biblioteca, lo que llevó a la intervención policial y decenas de arrestos.
La situación se reavivó tras la expulsión de dos estudiantes que interrumpieron la clase de un profesor israelí, lo que provocó una invasión a un edificio universitario en Barnard, y provocó la agresión a un empleado y daños valorados en 30.000 dólares.