PUNTA DEL ESTE, Uruguay (JTA) – Un empresario judío ha ofrecido comprar un águila de 800 libras y el escudo de la esvástica de un antiguo barco nazi que se encuentra en un almacén de Uruguay y explotarlo en “mil pedazos”.
Una expedición privada recuperó el escudo de la esvástica y el águila nazis de 2 metros de altura en 2006. Había sido colocada en la parte frontal del buque de guerra nazi Admiral Graf Spee, que fue hundido por su capitán al enfrentarse a barcos británicos en un puerto de Montevideo en diciembre de 1939.
Tras su recuperación, el águila se mostró brevemente al público en Montevideo, lo que desató la polémica. Alemania criticó la exhibición de “parafernalia nazi” y el águila fue trasladada a un almacén naval. Estuvo a punto de ser subastada, pero el presidente del Comité Judío de Uruguay y otras personas se opusieron, argumentando que podía acabar en manos equivocadas. Al parecer, se ofreció al museo del Holocausto Yad Vashem de Israel, que lo rechazó.
En 2019, un tribunal uruguayo dictaminó que el gobierno debe subastar el escudo, y que las ganancias deben ir a los inversores detrás del equipo que lo recuperó. Informes anteriores afirmaban que los compradores habían presentado ofertas de decenas de millones de dólares.
El empresario judío argentino Daniel Sielecki, de 64 años, que ahora vive en Uruguay, dijo a un sitio de noticias local que quiere comprar el águila -y posteriormente destruirla- para mantenerla fuera de las manos de los neonazis.
“Una vez que la tenga en mi poder, inmediatamente la volaré en mil pedazos”, dijo. “Cada pieza que resulte de la explosión será pulverizada… No quedará nada”.
Sielecki es uno de los responsables del club náutico de Punta del Este, que es un popular destino de verano para los judíos sudamericanos.
Las autoridades alemanas han cambiado desde entonces su postura, diciendo que permitirían la exhibición del águila en un contexto de museo educativo. El Centro Simon Wiesenthal emitió un comunicado en julio, instando a Uruguay a exhibir el escudo en un museo en lugar de venderlo en un mercado abierto.
“Tanto las autoridades alemanas como el Centro Wiesenthal han adoptado la posición de que tales artefactos no pueden [sic] servir a un creciente mercado de extrema derecha y supremacistas blancos”, escribió Shimon Samuels, director de relaciones internacionales del centro. “Instamos a las autoridades uruguayas a que se aseguren de que la exhibición de estos símbolos sirva de advertencia a las generaciones futuras de lo que nunca debe repetirse”.