En abril, un individuo retiró alrededor de 100 libros de la Biblioteca Pública de Beachwood, un suburbio de Cleveland con mayoría judía, y los quemó, según autoridades locales. Entre los textos destruidos figuraban “El diario de Ana Frank” y un libro sobre solidaridad judía, además de obras sobre historia afroamericana y temas LGBTQ.
Líderes religiosos de la zona, reunidos en una conferencia de prensa frente a una iglesia local, repudiaron el acto. El rabino Robert Nosanchuk, de la sinagoga reformista Mishkan Or, afirmó: “Quien piense que puede intimidarnos o silenciarnos en Cleveland se equivocó de comunidad”.
Un investigador de la Iniciativa de Puentes Divisivos de la Universidad de Princeton, que rastrea violencia política, identificó el video del incendio en la red social X, vinculado inicialmente a una cuenta asociada al grupo supremacista blanco White Lives Matter Ohio. El contenido también circuló en Gab, una plataforma frecuentada por extremistas, aunque el video ya no está disponible.
El jefe de policía de Beachwood, Dan Grispino, confirmó que el departamento investiga el caso como un posible delito de odio. “Nos oponemos al antisemitismo y a cualquier acto motivado por prejuicios. Perseguiremos con firmeza a los responsables”, declaró. La destrucción de los libros podría acarrear cargos por dañar propiedad pública si se confirma que los textos quemados coinciden con los retirados.
La biblioteca, amparada en una ley de Ohio que protege la privacidad de los usuarios, no reveló detalles sobre los libros ni el sospechoso, pero anunció que reemplazará todos los ejemplares destruidos. Tras el incidente, la comunidad donó más de 1.000 libros como muestra de apoyo.
El acto refleja tensiones culturales más amplias, vinculadas a campañas contra la diversidad que han señalado libros judíos y de minorías. El investigador de Princeton destacó la respuesta comunitaria: “Que por cada libro quemado se donen diez demuestra la fortaleza de esta comunidad frente al odio”.