Los turistas pueden echar un nuevo vistazo a uno de los mosaicos antiguos más grandes de Oriente Medio después de que esta semana se hayan desvelado las renovaciones realizadas por la Autoridad Palestina.
El mosaico de piedra de 930 metros cuadrados, con intrincados dibujos geométricos, forma parte de lo que se conoce como el Palacio de Hisham. Fue construido durante el reinado de los omeyas, la primera dinastía musulmana hereditaria, que gobernó desde Damasco. El palacio fue la residencia de invierno del califa Hisham ibn Abd al-Malik, que gobernó del 724 al 743 d. C.
Está situado cerca de la ciudad oasis del desierto de Jericó –una de las más antiguas del mundo– en lo que hoy es Judea y Samaria. Los palestinos esperan que el nuevo proyecto atraiga a viajeros locales y extranjeros.
El proyecto de 18 millones de dólares, que incluyó la construcción de una gran cúpula para proteger el mosaico de los elementos, fue financiado en parte por el gobierno japonés. Ahora los turistas pueden ver el mosaico desde una nueva pasarela suspendida sobre él.
En principio, el proyecto debía estar terminado en 2018, pero se retrasó, en parte por el reto de anclar la cúpula sin alterar los restos arqueológicos.
Abdel Raheem Zahran, un turista local que vino con sus hijos el jueves, dijo que había estado en el sitio siete años antes, pero que “no estaba tan desarrollado”.
“La cúpula que han hecho es estupenda, no te da el sol”, dijo.