Los investigadores han descubierto cerca de El Naranjo, en el sur de Tamaulipas (México), ruinas y tumbas que datan del periodo Clásico, comprendido entre los años 250 y 900 de nuestra era.
Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, encargado de la operación bajo la dirección de la Secretaría de Cultura de México, el descubrimiento se produjo durante una operación arqueológica que acompañaba a la construcción de la supercarretera Mante-Tula-Ocampo, que conectará los municipios de Mante, Tula y Ocampo.
Objetos encontrados entre los restos
Según el popular sitio arqueológico Ancient Origins, los investigadores descubrieron enterramientos humanos, plataformas circulares de piedra y joyas entre los huesos, lo que arroja nueva luz sobre las costumbres funerarias del pueblo huasteco.
Las plataformas de piedra pueden haber sido construidas para salvaguardar las tumbas de personas importantes, y se cree que los adornos fueron elaborados con gran habilidad.
Las plataformas están compuestas de mampostería de piedra caliza y basalto, y una de ellas tiene un diámetro de 30 metros (100 pies) y otra de 20 metros (65 pies), según el arqueólogo principal del proyecto, Esteban Valos Beltrán.
Los investigadores descubrieron los restos óseos de tres individuos que llevaban pendientes de cuarzo verde y concha, algunos de los cuales parecían flores, en el interior de uno de los cimientos circulares.
A diferencia de los otros cimientos, éstos incluían tumbas de individuos.
Según Ancient Origins, los arqueólogos determinaron que el yacimiento databa del periodo Clásico tardío de Mesoamérica basándose en la antigüedad de la cerámica que descubrieron allí. En esa época vivían los huastecos, primos lejanos de los mayas.
Originarios del noreste de México, los huastecos se desplazaron hacia el sur y se asentaron en una extensa región tanto en el interior como a lo largo de la costa del Golfo de México.
En 1450, los aztecas invadieron a los huastecas y posteriormente los esclavizaron o masacraron.