Un equipo de investigación arqueológica ha encontrado en una cueva de una zona montañosa de Taiwán un cráneo y unos huesos de fémur de 6.000 años de antigüedad que podrían demostrar la existencia de una antigua tribu indígena de la que hablan las leyendas locales.
El trabajo de investigación, publicado en la revista World Archaeology, fue realizado por un equipo de investigadores con miembros de Australia, Japón, Taiwán y Vietnam. Los investigadores encontraron el cráneo y los huesos de las piernas en una cueva que se ha fechado hace aproximadamente 6.000 años, una época anterior a la llegada de los antepasados de los habitantes actuales de Taiwán.
En Taiwán, se han transmitido historias a lo largo de las generaciones sobre una antigua tribu de personas de baja estatura y piel oscura que vivía en las zonas montañosas de la isla. Pero hasta ahora no había ninguna prueba física que confirmara las historias.
“El estudio morfométrico craneal de los restos óseos humanos desenterrados en las cuevas de Xiaoma, en el este de Taiwán, valida por primera vez la existencia previa de cazadores-recolectores de baja estatura hace 6.000 años en la fase precerámica”, afirma el equipo de investigación.
Este estudio resuelve los misterios de hace varios cientos de años de las leyendas de “gente pequeña y oscura” en las tribus austronesias de Formosa y aporta conocimientos sobre la prehistoria más amplia del sudeste asiático”.
Las leyendas de Taiwán
Estas leyendas se referían posiblemente a un grupo que descendía de una población aún más antigua, anterior al contexto austronesio, que de alguna manera siguió habitando en zonas aisladas y montañosas hasta hace uno o dos siglos.
Los investigadores también señalan que la mención de personas pequeñas y de piel oscura se hizo en documentos de la dinastía Qin, y todos los 16 grupos austronesios que viven en Taiwán en la actualidad, excepto uno, tienen relatos que describen a personas pequeñas y de piel oscura que vivían en las montañas.
Sin embargo, estos relatos difieren entre los grupos, ya que algunos creen que los primeros pueblos eran sus antepasados. Otros los ven como antiguos enemigos. Un grupo afirma haber matado al último de los antiguos pueblos hace 1.000 años.
Al estudiar el ADN del cráneo, los investigadores lo relacionaron genéticamente con muestras africanas de la misma época. Pero también descubrieron que su tamaño y forma se asemejan a los de un pueblo que vivió en partes de lo que hoy es Sudáfrica y en Filipinas.
El estudio de los huesos dejados en esas zonas demostró que eran bastante bajitos y de cuerpo pequeño, de forma similar a los restos de la mujer encontrada en Taiwán, que medía 1,3 metros.
Los investigadores sugieren que sus hallazgos confirman la existencia de los antiguos pobladores de Taiwán, pero no explican qué pudo pasar con ellos. Al parecer, ya habían desaparecido cuando empezaron a llegar otros grupos de pueblos austronesios.
“Las observaciones de los restos funerarios de Xiaoma, junto con 258 leyendas tradicionales austronesias, indican que en algún momento vivieron en Taiwán ‘pequeñas personas oscuras’, parecidas a los grupos negritos del sudeste asiático”, explica el documento de investigación. “Los nuevos hallazgos llaman la atención sobre el periodo de coexistencia de las antiguas comunidades de cazadores-recolectores con los nuevos agricultores inmigrantes de habla austronesia en Taiwán”.