Investigadores brasileños dieron el mes pasado un nuevo rostro a un cráneo de 9.000 años de antigüedad desenterrado en 1953 cerca de la ciudad de Jericó.
El cráneo del hombre, parcialmente cubierto de yeso y con conchas a modo de ojos, fue uno de los siete descubiertos por la arqueóloga Kathleen Kenyon. Se cree que todos formaban parte de un ritual neolítico relacionado con el culto a los antepasados.
En 2016, el Museo Británico utilizó la tomografía microcomputarizada, o micro-TC, para escanear el cráneo y producir una reproducción impresa en 3D del cráneo original y una reconstrucción del rostro de la persona para una exposición. Hay otros cráneos expuestos en el Reino Unido, Canadá y Jordania, así como en el Museo Arqueológico Rockefeller del Este de Jerusalén.
En diciembre, el equipo brasileño publicó un nuevo rostro detallado en 3D, con el pelo de la cabeza y el vello facial artísticamente representados.
Para construir un nuevo rostro, los investigadores utilizaron la deformación anatómica y las proyecciones estadísticas basadas en los escáneres micro-TC, técnicas utilizadas para planificar cirugías plásticas y construir prótesis.
El experto en gráficos brasileño Cicero Moraes, que dirigió el proyecto, declaró al sitio web Live Science que el método proporciona “mayor coherencia estructural, anatómica y estadística”.
“Yo no diría que el nuestro es una actualización, es sólo un enfoque diferente” al modelo del Museo Británico, dijo.
Moraes trabajó junto a Thiago Beaini, cirujano dental y profesor adjunto de la Universidad Federal de Uberlândia, en Brasil, y Moacir Elias Santos, arqueólogo del Museo de Arqueología de Ponta Grossa.
Los arqueólogos han determinado que el hombre probablemente murió entre los 30 y los 40 años, debido a la forma en que se curó una lesión en el cráneo.
Moraes dijo que el cráneo es inusual porque su parte superior es más grande que la media.
La cabeza, como otras encontradas en la zona, parece haber sido estirada artificialmente, probablemente por haber sido atada fuertemente durante su juventud. La razón de esta práctica sigue siendo desconocida.
También el mes pasado, científicos egipcios y británicos utilizaron programas informáticos de tomografía computarizada para crear nuevas imágenes detalladas del antiguo gobernante Ramsés II.
Los científicos utilizaron tomografías computarizadas anteriores de la momia del faraón y les aplicaron un software de análisis para analizar los detalles. Así, los expertos pudieron diferenciar entre el cráneo y otros materiales utilizados durante el proceso de embalsamamiento y producir imágenes en 3D del cráneo. A continuación se reconstruyó el rostro utilizando mediciones egipcias de las capas musculares faciales.