Arqueólogos del Proyecto de Cribado del Monte del Templo en Jerusalén hallaron un sello de arcilla del período del Primer Templo que contiene una inscripción en paleohebreo con el nombre “Perteneciente a Yed\[a‛]yah (hijo de) Asayahu”. La organización anunció el descubrimiento el martes, luego de que se identificara el artefacto durante la revisión de materiales extraídos hace dos años.
Zachi Dvira, codirector del proyecto junto con Gabriel Barkay, explicó que esta es solo la segunda ocasión en más de dos décadas en que encuentran un sello con una inscripción casi completa. Según Dvira, la decisión de anunciar el hallazgo de inmediato respondió a su grado de preservación y al hecho de que la experta Anat Mendel-Geberovich lo identificó antes de Tishá Be Av, día que recuerda la destrucción del Primer y Segundo Templo.
Los investigadores situaron cronológicamente el sello en el siglo VII o VI a. C. según el análisis del estilo de escritura. El nombre Asaya, base del patronímico “Asayahu”, aparece en la Biblia en relatos del reinado de Josías, como se documenta en 2 Crónicas 34:20 y 2 Reyes 22:12. En los sellos antiguos, el sufijo “-yahu” suele vincular el nombre con el dios hebreo YHVH.
Dvira indicó que ya se había identificado un sello anterior con el nombre Asayahu y la expresión “sirviente del rey”, aunque su autenticidad resulta difícil de verificar por haber provenido del mercado de antigüedades sin un contexto arqueológico claro. Las bullae, o impresiones de arcilla, se utilizaban entonces para controlar el acceso a puertas o vasijas selladas en almacenes oficiales.
Decenas de bullae similares han aparecido en Jerusalén, algunas con nombres que también figuran en textos bíblicos. Dvira señaló que no pueden confirmar si el Asayahu del sello corresponde al personaje bíblico, aunque la presencia de nombres similares en la zona del Monte del Templo resulta coherente con su uso administrativo en contextos oficiales.
En contextos antiguos, los administradores presionaban sus sellos sobre arcilla húmeda colocada en las ataduras de puertas o contenedores para prevenir manipulaciones. Según Dvira, tanto el Templo como los almacenes reales se encontraban en el área del Monte del Templo durante el período bíblico. No ha sido posible realizar excavaciones allí debido a su estatus religioso y a la administración del Waqf islámico.
Entre 1996 y 1999, una construcción subterránea realizada sin permisos por la Rama Norte del Movimiento Islámico provocó la remoción de unas 9.000 toneladas de tierra del sitio. Esa tierra fue depositada en el Valle de Kidron, donde Dvira y Barkay iniciaron el Proyecto Sifting para recuperarla. Desde 2005 hasta 2017, el proyecto operó en una instalación en la Ciudad de David y luego se trasladó al Monte Scopus.
El Fondo de Desarrollo Comunitario Judío de la Cresta del Monte de los Olivos, con apoyo de los Amigos Americanos de Beit Orot, financió el traslado. La iniciativa se realiza bajo el auspicio académico del Instituto de Arqueología de la Universidad Bar-Ilan. Desde sus inicios, unos 260.000 voluntarios han participado y recuperado más de 500.000 hallazgos, incluyendo monedas, cerámica, huesos calcinados y piezas de arcilla.
El arqueólogo Mordechai Ehrlich identificó el sello de Asayahu mientras examinaba un contenedor con huesos extraídos hacía dos años. Según Dvira, el objeto tenía la apariencia de un hueso, pero al observarlo notó que era de arcilla y tenía una inscripción visible, lo que permitió su análisis especializado mediante técnicas de Imágenes por Transformación de Reflectancia (RTI).
Esta técnica permitió generar una imagen compuesta del objeto mediante fotografías tomadas desde un mismo ángulo bajo distintas condiciones de iluminación. Dvira explicó que el uso de estas técnicas y el cribado sistemático han incrementado notablemente la cantidad de bullae documentadas directamente en excavaciones arqueológicas en comparación con décadas anteriores.
El equipo trabaja en la publicación de un artículo académico sobre el hallazgo. Dvira informó que las operaciones continúan, aunque la afluencia de visitantes ha disminuido por la guerra iniciada tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023. Durante el verano reciben principalmente familias israelíes, pero la falta de personal por llamados a reserva militar ha limitado la apertura diaria del sitio.