EL CAIRO – Un equipo egipcio de científicos de la Universidad de Mansoura realizó un nuevo descubrimiento de una especie hasta ahora desconocida de una ballena anfibia en aguas egipcias que vivió hace 43 millones de años.
En un comunicado publicado en su página oficial de Facebook el 25 de agosto, el Gabinete egipcio elogió el descubrimiento como un gran avance para los paleontólogos árabes, ya que es la primera vez en la historia que un equipo árabe-egipcio documenta una nueva especie de ballena.
El autor del estudio es Hesham Sellam, destacado paleontólogo de vertebrados, profesor de la Universidad Americana de El Cairo y fundador del Centro de Paleontología de Vertebrados de la Universidad de Mansoura. Mohamed Sameh, que encontró el fósil de ballena en 2008, es coautor del artículo sobre el descubrimiento que se publicó el 25 de agosto en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
En 2008, un equipo de investigación del Ministerio de Medio Ambiente egipcio encontró los restos fósiles de la ballena en Wadi al-Hitan, en la región de Fayoum, al suroeste de la capital, El Cairo. La zona contiene restos fósiles de ballenas extintas de incalculable valor.
En la declaración del Gabinete, Sameh señaló la existencia de muchas ballenas antiguas en la época del Eoceno en la depresión de Fayum, en el desierto occidental de Egipto. Destacó la importancia de la zona para estudiar la evolución de las ballenas.
Sameh dijo que había guardado el fósil que descubrió en 2008 con el Ministerio de Medio Ambiente para fines de investigación científica, antes de que aceptara asignar el estudio del fósil a Abdullah Gohar, que era estudiante de maestría en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Mansoura en 2017. Gohar trabajó en este estudio como parte de su tesis de maestría en fósiles de vertebrados.
“El estudio demostró que el fósil pertenecía a una nueva especie de ballena que no se conocía antes. Esto ayuda a rastrear la evolución de las ballenas desde los habitantes de la tierra hasta las criaturas del mar”, dijo Gohar.

Explicó que la ballena tiene varias características anatómicas que le permitieron coexistir en esa época, y añadió que las ballenas son mamíferos que se desplazaron de la tierra al agua en la antigüedad. Dijo que “la ballena de cuatro patas pesaba unos 600 kilogramos [1.323 libras] y medía 3 metros [10 pies] de largo. Su cuerpo algo rectangular y el tamaño de sus vértebras le permitían ser un gran nadador. Gracias a la rehabilitación de los músculos conectados a la columna vertebral, descubrimos que también era capaz de transportar su cuerpo en tierra”.
El equipo egipcio bautizó a la ballena como “Pheumsetis Anubis”. Gohar explicó que la primera sílaba – “Pheu”- hace referencia a la depresión de Fayoum, el hogar de la ballena, mientras que “setis” es una referencia latina para la palabra ballena. “Anubis” es el nombre del dios faraónico de la muerte, que al igual que la ballena tenía cabeza de chacal.
“Descubrimos que la nueva ballena era radicalmente diferente a todas sus congéneres conocidas hasta entonces, sobre todo por el tamaño de los dientes y las dimensiones del cráneo. Tenía una gran capacidad depredadora y una fuerte y enorme musculatura en la mandíbula, lo que la convertía en una de las criaturas más feroces de aquel entorno. Era más bien el dios de la muerte para el resto de los mamíferos de la época, similar a la ballena azul que vive en la actualidad”, señaló Gohar.
Wadi al-Hitan -también conocido como Valle de las Ballenas- está situado en el desierto occidental de Egipto y fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en julio de 2005 por sus cientos de fósiles de valor incalculable de especies de ballenas ya extinguidas. “Es el sitio más importante del mundo para la demostración de esta etapa de la evolución. Retrata vívidamente la forma y la vida de estas ballenas durante su transición”, según se puede leer en la página web de la UNESCO.
Gohar señaló que, a pesar de la abundancia de fósiles en la región de Fayoum, la mayoría de los estudios e investigaciones pertinentes fueron realizados por científicos extranjeros. “Ahora nos hemos convertido en el primer equipo egipcio que registra a su nombre un descubrimiento tan sorprendente”, añadió.
Salam dijo: “No queríamos dejar el fósil para que lo estudiaran investigadores extranjeros. Queríamos asignar a un estudiante egipcio para que trabajara en el estudio”. Gohar, que procede de la gobernación de Fayoum, era la elección perfecta. La ballena vivió en la tierra de sus antepasados hace millones de años. Este descubrimiento ayudará a desenterrar más hallazgos en la región”.
La revista científica “Actuaciones de la Real Sociedad B: Ciencias Biológicas” señaló en el artículo que el nuevo descubrimiento contribuía a aumentar los conocimientos sobre el origen de las antiguas ballenas, sus mecanismos de adaptación y sus ecosistemas.
Salam elogió el trabajo científico que arroja luz sobre el patrimonio fósil natural africano y egipcio. “Pone de relieve el distinguido contenido egipcio de los fósiles de animales antiguos, que contribuye día a día a revelar importantes misterios científicos”, dijo.
En 2018, Salam y su equipo de investigación de la Universidad de Mansoura encontraron el fósil de una nueva especie de dinosaurio que data del período Cretácico tardío, que comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 66 millones de años. “Esos fósiles se exponen en el Centro de Paleontología de Vertebrados de la Universidad de Mansoura”, añadió Salam.
Espera que algún día el gobierno egipcio abra un museo de historia natural que albergue estos fósiles de vertebrados.
Gohar cree que el fósil descubierto de la ballena andante ha respondido a preguntas científicas sobre el origen de las ballenas. “Este descubrimiento también ha planteado muchas preguntas científicas, sobre todo si los ancestros de las ballenas proceden de la India y Pakistán. Ahora Egipto puede tener otra opinión sobre su origen”, concluyó Gohar.