Los científicos han hallado nuevas pruebas del uso temprano del calendario mesoamericano cientos de años antes de lo que sugieren las pruebas escritas, lo que arroja nueva luz sobre los estudios y prácticas astronómicas de los antiguos olmecas y mayas, según muestra un nuevo estudio.
Los resultados de este estudio se han publicado en la revista académica Science Advances.
El propio estudio arroja más luz sobre la historia mesoamericana y demuestra que estas antiguas culturas no sólo utilizaban un calendario mucho antes de que existieran pruebas escritas, sino que se remonta incluso más atrás de lo que se creía.
La historia mesoamericana y el origen de los calendarios
Las culturas del periodo Formativo de la antigua Mesoamérica (1100 a.C. a 250 d.C.) se extendieron por toda América Central, con culturas avanzadas como los olmecas y los mayas que crearon sus propias civilizaciones, culturas y arquitectura.
Sin embargo, algo a destacar de la cultura mesoamericana fue la existencia de su calendario.
Aunque se utilizaban varios tipos de calendarios, el más famoso es el de 260 días. Éste estaba extendido por toda Mesoamérica y no existía fuera de ella.
Este calendario desempeñaba funciones de gran importancia en la sociedad mesoamericana, ya que estaba asociado a importantes rituales y a la cosmología religiosa y daba nombres, entre otras cosas.
Históricamente, no estaba claro por qué el calendario tenía específicamente 260 días, aunque existían teorías, como que los números 13 y 20 eran importantes para los mayas. En cualquier caso, el calendario también es único por lo diferente que es de los calendarios de la antigüedad de otras partes del mundo.
Los calendarios son fascinantes porque, en términos generales, la mayoría de ellos tendían a tener una estructura bastante similar, ya que solían construirse en torno al ciclo solar o lunar. Así, la mayoría de los calendarios contaban con 12 meses de 30 días cada uno, más o menos.
En cambio, el calendario mesoamericano era muy distinto, aunque hay que señalar que en la cultura mesoamericana también se utilizaba un calendario de 365 días, aunque de forma diferente.
Pero, ¿cuándo crearon realmente su calendario las culturas mesoamericanas como los olmecas y los mayas?
Ni siquiera sabemos quién lo creó, aunque muchos han teorizado que fueron los olmecas quienes lo adelantaron y difundieron.
El calendario más antiguo que se conoce data de entre 700 a.C. y 500 a.C., pero muchos han teorizado que podría remontarse incluso más atrás.
Sin embargo, este nuevo estudio puede haber retrasado aún más la fecha, hasta alrededor del 1100 a.C.

Los escáneres Ariel revelan un descubrimiento sorprendente
Este nuevo descubrimiento ha sido posible gracias al análisis de antiguos yacimientos arqueológicos olmecas y mayas en la costa sur del Golfo de México.
Para averiguarlo, los investigadores hicieron uso del escaneado láser aéreo para analizar las orientaciones de varios complejos arquitectónicos ceremoniales de la zona.
Esta zona abarcaba un total de 84.516 kilómetros cuadrados y conectaba las tierras bajas mayas occidentales con la zona central olmeca. En ella había 33.935 complejos arquitectónicos diferentes.
Sin embargo, a los investigadores les preocupaban sobre todo 415 complejos específicos y sus orientaciones astronómicas, y lo que habrían sido en los periodos Formativos.
A continuación, tuvieron en cuenta el patrón de fechas marcado por la alineación solar. Esto era para ver si se alinearían con la salida y puesta del Sol y la Luna en sincronía con el calendario de 260 días.
La sincronía aquí tendría sentido, ya que implicaría que el calendario se utilizaba para rituales agrícolas, algo dependiente de las estaciones y de la salida y puesta del Sol y la Luna.
El avanzado conocimiento de los mayas
Lo que descubrieron los investigadores fue que la mayoría de estos complejos parecían estar perfectamente alineados.
Los ángulos de los complejos se correspondían con la forma en que el Sol y la Luna salían y se ponían. Había orientaciones que parecían corresponderse también con otros fenómenos astronómicos, como los extremos de Venus, que se creía anunciaba lluvias y cosechas.
Lo que esto indica en última instancia es que las culturas mesoamericanas como la maya podrían haber tenido un conocimiento muy avanzado y sofisticado de las estrellas incluso en el año 1100 a.C..
Pero el hecho de que todos ellos estuvieran construidos de tal forma que coincidieran con el calendario de 260 días demuestra que el calendario en sí también se utilizaba en aquella época, varios cientos de años antes de lo que se creía.