Una lámpara de aceite de cerámica del siglo IV d.C., descubierta recientemente por las Autoridades de Antigüedades de Israel cerca del Monte de los Olivos en Jerusalén, se presenta al público por primera vez durante Hanukkah, según informó la AAI.
El artefacto destaca por sus detalles vinculados a los rituales del Segundo Templo judío, como una menorá de siete brazos, diferente de las de nueve brazos usadas en Janucá. También incluye representaciones de una pala de incienso empleada en ofrendas y un lulav, una hoja de palmera datilera usada en Sucot.
Hallada intacta hace algunos meses, un hecho poco común para piezas de este tipo, la lámpara fue fechada en 1.700 años de antigüedad, correspondiente al período romano tardío, indicó Michael Chernin, director de la excavación. Este descubrimiento resulta excepcional, ya que existe escasa evidencia de asentamientos judíos en Jerusalén y sus alrededores durante ese período.
El Segundo Templo fue destruido en el año 70 d.C., y tras la revuelta de Bar Kojba en 135 d.C., los judíos fueron expulsados de Jerusalén, rebautizada como Aelia Capitolina. En este contexto, la lámpara es uno de los pocos testimonios materiales de la presencia judía en la región entre los siglos III y V d.C., añadió Chernin.
“La lámpara, al igual que los objetos con significado judío que muchos poseemos hoy, servía como un recuerdo del Segundo Templo, incluso dos siglos después de su destrucción”, concluyó la AAI al dar a conocer el hallazgo.
Lámpara de aceite del siglo IV conecta con el legado del Segundo Templo
La lámpara de aceite descubierta cerca del Monte de los Olivos fue fabricada en un taller antiguo ubicado en Beit Nattif, cerca de Beit Shemesh, según explicó Benjamin Storchan, arqueólogo de la AAI. Este artefacto fue producido en dos partes utilizando moldes de piedra caliza tallados con precisión, donde se prensó la arcilla antes de hornearse, logrando así diseños detallados.
El arqueólogo señaló que los hombros y la boquilla de la lámpara están adornados con patrones geométricos, mientras que el centro muestra una representación detallada de una menorá de siete brazos con base de trípode. Storchan destacó que esta decoración convierte a la lámpara en un objeto “extremadamente raro”.
Según Storchan, la lámpara proporciona un vínculo entre los objetos cotidianos y las creencias de los antiguos habitantes de Jerusalén. Es probable que perteneciera a un judío que la adquirió como símbolo de su identidad religiosa y en recuerdo del Templo. Tras la destrucción del Segundo Templo, la imagen de la menorá se consolidó como un ícono importante en la memoria judía, tanto en Israel como en la diáspora, apareciendo ocasionalmente en objetos personales como lámparas de aceite, que evocaban la tradición de encender la menorá del Templo.
La lámpara y varios moldes de piedra utilizados para fabricar piezas similares serán exhibidos durante Jánuca en el Campus Nacional Jay y Jeanie Schottenstein para la Arqueología de Israel en Jerusalén, anunció la AAI.