Investigadores suecos descubrieron pruebas de uno de los primeros enterramientos islámicos jamás encontrados, según un nuevo estudio revisado por expertos y publicado el martes en la revista Communications Biology.
Los investigadores, entre los que se encuentran la bióloga evolutiva Megha Srigyan y el genetista de poblaciones Torsten Günther, de la Universidad de Uppsala, analizaron los restos de una mujer y un hombre encontrados en Siria.
En 2009 y 2010, investigadores españoles y franceses, junto con estudiantes de arqueología sirios, encontraron múltiples lugares de enterramiento en Tell Qarassa (Siria). Con el fin de estudiar los primeros grupos de agricultores de la zona, realizaron análisis de ADN de los restos de 14 personas encontradas en los yacimientos, según la investigadora principal, Cristina Valdiosera, arqueogenetista de la Universidad de Burgos (España).
“Con el objetivo de estudiar los primeros grupos agrícolas de la región, sometimos los restos de 14 humanos a un análisis de ADN antiguo”, dijo. “Sólo dos individuos de [las] capas superiores del yacimiento contenían cantidades suficientes de ADN endógeno y éstos procedían de tumbas que supusimos que pertenecían a un periodo prehistórico posterior. Tras la datación por radiocarbono, quedó claro que teníamos algo inesperado y especial”.
El estudio sueco
Después de determinar mediante la datación por radiocarbono que los enterramientos pertenecían a la época de los califatos omeyas, a finales del siglo VII y principios del VIII, los investigadores suecos determinaron, por el estilo de los enterramientos, que eran coherentes con las primeras tradiciones funerarias islámicas.
“Los resultados genómicos también fueron sorprendentes, ya que los dos individuos parecían genéticamente diferentes de la mayoría de los levantinos antiguos o modernos”, dijo Srigyan, que dirigió el análisis de los datos. “Los grupos modernos más similares -aunque no idénticos- eran los beduinos y los saudíes, lo que sugiere una posible conexión con la Península Arábiga”, añadió.
“La mayor parte de nuestras pruebas son indirectas, pero los distintos tipos de datos, tomados en conjunto, apuntan a que este hombre y esta mujer pertenecían a grupos transitorios alejados de su hogar, lo que sugiere la presencia de los primeros musulmanes en la campiña siria”, dijo Günther, que coordinó el estudio sueco.