Arqueólogos hallan en la Ciudad de David placas de marfil del siglo IX a.C., vinculadas a la opulencia del Primer Templo descrita en la Biblia.
Hallazgo de placas de marfil en la Ciudad de David
En 2022, la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) y la Universidad de Tel Aviv descubrieron un conjunto de más de 1,500 fragmentos de marfil en el sitio arqueológico de la Ciudad de David, en Jerusalén. Estos fragmentos, restaurados minuciosamente, formaban placas decorativas incrustadas en un sofá-trono de un edificio palaciego del siglo IX a.C., durante el período del Primer Templo. El hallazgo, datado por estratigrafía, confirma la riqueza de la élite de Judá descrita en 1 Reyes 10:18-22, donde se menciona el trono de marfil de Salomón. Es la primera vez que se encuentran ivories de este tipo en Jerusalén, equiparándola con capitales como Nimrud y Samaria.
Las placas, elaboradas con colmillos de elefante africano, presentan diseños de rosetas, árboles estilizados y flores de loto, similares a los encontrados en centros de poder asirios e israelitas. Según Yuval Gadot y Yiftah Shalev, directores de la excavación, los fragmentos se hallaron en el Parque de Estacionamiento Givati, en una estructura destruida durante la conquista babilónica de 586 a.C. La restauración, liderada por Orna Cohen e Ilan Naor, reveló la sofisticación artesanal de la época, destacando el comercio y la influencia cultural de Jerusalén.
El marfil, considerado más valioso que el oro en la antigüedad, era un símbolo de poder y opulencia. La Biblia asocia este material con la realeza, como en el trono de Salomón (1 Reyes 10:18) y el palacio de Acab (1 Reyes 22:39). Eli Eskozido, director de la AAI, afirmó: “Este descubrimiento muestra que la élite de Jerusalén igualaba o superaba a otros centros del Cercano Oriente”. Los ivories, probablemente importados de Asiria como obsequios diplomáticos, refuerzan la centralidad de Jerusalén en el siglo IX a.C.
Las excavaciones en la Ciudad de David, financiadas por la Fundación Ciudad de David (Elad), se realizaron mediante un proceso de tamizado húmedo en el Parque Nacional Emek Tzurim. Este método permitió recuperar fragmentos diminutos que habrían pasado desapercibidos. Los análisis microscópicos de Harel Shochat, de la Universidad de Haifa, confirmaron que las placas provienen de colmillos de elefantes africanos, importados a través de rutas comerciales desde Siria.
Datos clave sobre las placas de marfil de la Ciudad de David
- Fecha: Siglo IX-VIII a.C., período del Primer Templo.
- Ubicación: Parque de Estacionamiento Givati, Ciudad de David, Jerusalén.
- Cantidad: Más de 1,500 fragmentos, restaurados en 12 placas cuadradas.
- Material: Colmillos de elefante africano, confirmados por análisis microscópicos.
- Diseños: Rosetas, árboles estilizados, flores de loto y patrones geométricos.
- Contexto bíblico: Vinculados a 1 Reyes 10:18-22, que describe la riqueza de Salomón.
- Importancia: Primer hallazgo de ivories decorativos en Jerusalén.
Contexto arqueológico del hallazgo
El edificio donde se encontraron las placas era una estructura palaciega de gran escala, probablemente un centro administrativo o residencial de la élite de Judá. Construido en el siglo VIII a.C., fue destruido en un incendio durante la invasión babilónica de 586 a.C. Los fragmentos de marfil, quemados y fragmentados, sugieren que el sitio sufrió un colapso violento. Otros hallazgos en la Ciudad de David, como jarras de vino con especias de vainilla y un sello de ágata con la inscripción “Natan-Melech, servidor del rey”, refuerzan la idea de una élite próspera y conectada con redes comerciales internacionales.
Las placas de Jerusalén difieren de las encontradas en Samaria y Nimrud, ya que carecen de imágenes de animales o figuras mitológicas. Ido Koch y Reli Avisar, de la Universidad de Tel Aviv, sugieren que esto refleja una elección cultural de la élite de Judá para adoptar solo ciertos símbolos globales, posiblemente por motivos religiosos o políticos. Esta distinción destaca la identidad única de Jerusalén frente a sus vecinos asirios e israelitas.
El descubrimiento se presentó en la 23ª Conferencia de Estudios de la Ciudad de David en septiembre de 2022 y en la Conferencia de Jerusalén de octubre de 2022, organizada por la AAI, la Universidad de Tel Aviv y la Universidad Hebrea. Estas plataformas académicas resaltaron la importancia del hallazgo para reevaluar la riqueza y el poder de Judá en el siglo IX a.C. La ausencia previa de ivories en Jerusalén se debía a la falta de tamizado húmedo en excavaciones anteriores, un método ahora estándar en la Ciudad de David.
La Ciudad de David, ubicada en el Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén, es un sitio clave para entender la historia de Israel. Las excavaciones han revelado estructuras del período del Primer Templo, como fortificaciones y residencias, que confirman la expansión de Jerusalén hacia el oeste, hacia el Monte Sión, en el siglo IX a.C., bajo el reinado de Joás. Estos datos, obtenidos mediante datación por radiocarbono, respaldan la narrativa bíblica sobre el crecimiento de la ciudad.
Importancia histórica y bíblica
El hallazgo de las placas de marfil refuerza la descripción bíblica de la opulencia de Salomón y sus sucesores. 1 Reyes 10:18-22 detalla un trono de marfil recubierto de oro y una flota comercial que traía marfil, oro y plata. Aunque los ivories datan de un siglo posterior al reinado de Salomón (siglo X a.C.), indican que la riqueza descrita en la Biblia persistió en Judá. La mención de marfil en otros pasajes, como Amós 6:4, que critica a la nobleza por “yacer en camas de marfil”, refleja el uso de este material en muebles de lujo.
Las placas también evidencian la influencia de Asiria en Judá durante los siglos VIII y VII a.C., cuando esta última era un reino vasallo. Los diseños de las placas, comparables a los de los palacios palacio de Senaquerib en Nínive, sugieren que los ivories pudieron ser regalos diplomáticos o tributos. Este intercambio cultural y comercial posiciona a Jerusalén como un centro político y económico de relevancia en el Cercano Oriente.
Otros hallazgos en la Ciudad de David, como sellos reales y cerámica de lujo, confirman la sofisticación de Judá. Por ejemplo, las jarras con sellos de rosetas, similares a los diseños de las placas, indican un sistema administrativo avanzado. Estos objetos, junto con las placas, desafían la idea de que Jerusalén era una ciudad menor antes del siglo VIII a.C., apoyando la narrativa bíblica de una Judá próspera.
La Autoridad de Antigüedades de Israel continúa excavando en la Ciudad de David, con el objetivo de descubrir más evidencias del período del Primer Templo. El uso de tecnologías avanzadas, como el tamizado húmedo y la datación por radiocarbono, ha revolucionado la arqueología en Jerusalén, permitiendo hallazgos que conectan directamente con la historia bíblica. Estos esfuerzos subrayan el compromiso de Israel por preservar su patrimonio histórico y cultural.