Un tumor benigno identificado en la cola de un joven dinosaurio que vivió hace 60 millones de años podría ayudar a tratar la misma enfermedad que todavía afecta a los humanos, y especialmente a los niños.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv, liderados por la Dra. Hila May del Departamento de Anatomía y Antropología y del Centro Dan David para la Evolución Humana de la Facultad de Medicina Sackler, identificaron un tumor benigno llamado LCH (Histiocitosis de Células de Langerhans) en el cuerpo fosilizado de un “dinosaurio de pico de pato” descubierto en Alberta, Canadá, según un artículo publicado en Scientific Reports el lunes.
Como se explica en el estudio, el género de los “dinosaurios de pico de pato”, o Hadrosaurus, era herbívoro, podía pesar varias toneladas y medir más de 10 m. Los científicos creen que vivieron en grandes rebaños hace 60 y 80 millones de años y sus fósiles se encuentran en todo el mundo.
La LCH es un raro tumor benigno que afecta principalmente a los niños de 2 a 10 años de edad, a menudo causando dolor de huesos.
Se alertó a los investigadores sobre la presencia del tumor en el fósil debido a algunas cavidades de forma inusual detectadas en dos vértebras fosilizadas, que fueron enviadas al Instituto de Antropología Familiar de Shmunis en el Centro Dan David para ser inspeccionadas con su avanzado escáner de micro-TC.
“El escáner de micro-TC genera imágenes con una resolución muy alta de hasta unos pocos micrones”, explicó May según el comunicado de prensa de TAU.
“Usándolo para escanear las vértebras de los dinosaurios fuimos capaces de formar una imagen reconstruida en 3D del tumor y de los vasos sanguíneos que conducen a él. La imagen confirmó con una alta probabilidad que el dinosaurio efectivamente sufría de HCL. Los sorprendentes hallazgos indican que la enfermedad no es exclusiva de los humanos y que existió en diferentes especies durante 60 millones de años, a través del largo proceso evolutivo de los dinosaurios a los humanos”, añadió.
Como se explica en la introducción del estudio, “la aparición de la enfermedad en los dinosaurios es muy poco frecuente. Sin embargo, cuando están presentes, pueden informarnos sobre el sistema inmunológico de los dinosaurios, los trastornos metabólicos, el crecimiento y la adaptación a una enorme masa corporal, las infecciones, el medio ambiente, así como arrojar luz sobre sus pautas de apareamiento y las técnicas de caza”.
Sin embargo, se espera que la investigación también pueda ayudar a comprender mejor y, por lo tanto, a curar las enfermedades que millones de años después causan mucho sufrimiento a los seres humanos.
“Este tipo de investigación, posible gracias a la tecnología actual, contribuye en gran medida a la Medicina Evolutiva, un campo de investigación relativamente nuevo que investiga el desarrollo y el comportamiento de las enfermedades a lo largo del tiempo”, dijo el Prof. Israel Hershkovitz del Centro Dan David en el comunicado.
“Los investigadores de la Medicina Evolutiva tratan de entender por qué ciertas enfermedades han sobrevivido a través de millones de años de evolución y de descubrir su fuente, para finalmente desarrollar nuevas y efectivas formas de enfrentarlas hoy en día”, agregó.
Además, para el mes de mayo, los coautores del artículo son el profesor Bruce Rothschild de la Universidad de Indiana; el profesor Frank Rühli de la Universidad de Zurich; y Darren Tanke del Real Museo Tyrrell de Paleontología de Alberta.