El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, condenó el miércoles el acuerdo entre EE.UU. e Israel para extender la cooperación científica a las zonas capturadas por Israel de Jordania y Siria en la Guerra de los Seis Días de 1967, describiéndolo como un primer paso hacia el reconocimiento americano de la soberanía israelí en Cisjordania.
“Este es un precedente peligroso e inaceptable, que no podemos callar”, dijo el portavoz oficial de Abbas, Nabil Abu Rudeineh, en una declaración.
“Rechazamos esta política americana que intenta ayudar a Israel a consolidar su ocupación de las tierras palestinas. Ninguna de estas políticas dará legitimidad a nadie. Los asentamientos desaparecerán algún día”, añadió Abu Rudeineh.
Israel y los EE.UU. firmaron el miércoles un acuerdo que eliminó todas las restricciones geográficas anteriores de su cooperación científica, una medida que el primer ministro Benjamín Netanyahu llamó “una victoria sobre todas las organizaciones y países que boicotean a Judea y Samaria”.
Durante una ceremonia festiva celebrada en la Universidad Ariel, en el corazón de Judea y Samaria, Netanyahu y el Embajador de los Estados Unidos en Israel, David Friedman, firmaron un protocolo que modificaba tres acuerdos del decenio de 1970 que constituyen la base de la cooperación científica bilateral.
En esos acuerdos se estipulaba que los proyectos de cooperación “no podrán llevarse a cabo en las zonas geográficas que quedaron bajo la administración del Estado de Israel después del 5 de junio de 1967, y no podrán referirse a temas de interés primordial para esas zonas”.
La Organización para la Liberación Palestina dijo en respuesta a la medida que “prohibir los productos y servicios de los asentamientos y adoptar medidas respecto de las empresas que operan en la Palestina ocupada es la obligación de la comunidad internacional de poner fin a los asentamientos israelíes”.
La OLP añadió que “los intentos de la administración Trump de normalizar [los asentamientos], como se indica claramente en su plan de anexión (el llamado plan de paz para la prosperidad), son un estímulo para que Israel perpetúe su control sobre la tierra y el pueblo de Palestina y les niegue su derecho inalienable a la libre determinación”.
El alto funcionario de la OLP Hanan Ashrawi dijo que la medida era “un claro reconocimiento de la anexión de territorio palestino por parte de Israel” y que “eleva la participación de la administración Trump en los crímenes de guerra israelíes a una participación activa y voluntaria”.
Bajo el Presidente Donald Trump, EE.UU. ha reconocido a Jerusalén como la capital de Israel y la soberanía israelí sobre el Golán. También ha revocado la posición de larga data de Washington sobre las viviendas judías en Judea y Samaria, argumentando que no violan necesariamente el derecho internacional.